jueves, 8 de marzo de 2018

LÍDERES POR LA PAZ


LÍDERES POR LA PAZ. 
Del artículo: Cualidades del líder.       
Alfonso López Quintás
Líderes verdaderos y líderes falsos

Cabe distinguir clases diversas de líderes en función de la actividad que ejercen, la preparación que tienen, la tendencia a defender la verdad o a propalar la falsedad, la meta que persiguen... Una persona puede ejercer funciones de líder en ámbitos diferentes -el familiar, el grupal, el nacional, el internacional...- y respecto a vertientes de la vida distintas: la económica, la artística, la política, la ética, la educativa, la religiosa...
En sentido estricto, se entiende por líderes las personas bien dotadas que conocen profundamente la vida humana -vista como un nudo de relaciones- y saben ofrecer a los demás claves certeras de interpretación de la misma. Merced a tal orientación, otras personas menos formadas pueden desempeñar el papel de guías respecto a las personas y grupos de su entorno…
Muy a menudo, los líderes políticos dedican serios esfuerzos a cultivar su "imagen" con el fin de ser considerados como "carismáticos". Olvidan que el único carisma auténtico de un político consiste en ofrecer confianza. Y ésta es suscitada por la eficacia, la coherencia, la veracidad. El que se limita a aderezar su imagen para ejercer el arte de seducir al pueblo no es un líder auténtico; es, más bien, un embaucador, pues exalta a las gentes al tiempo que las somete a toda suerte de servidumbres espirituales.
Líder auténtico es el guía que orienta a alguien hacia lo que constituye un bien para su vida. Puede ser un bien parcial -de tipo económico, cultural, deportivo...-, o un bien que afecta al conjunto de su persona. El máximo bien de un ser humano es el desarrollo pleno de su personalidad.
Líder falso es el guía que conduce a las personas por vías que reducen su dignidad, amenguan sus defensas y las dejan a merced de los afanosos de poder. Esta actividad envilecedora puede afectar a ciertos aspectos concretos de la vida -económico, político, cultural...- o bien a lo esencial de la misma, a su sentido más hondo.
El líder verdadero promueve el poder creativo de las personas y contribuye, de este modo, a que se unan entre sí mediante la creación de estructuras fecundas. El líder falso procura restar capacidad creativa a las gentes, a fin de que pierdan libertad interior, por no ser capaces de interiorizar el deber, es decir, convertir en íntimas las normas que les vienen sugeridas de fuera. Esa falta de creatividad las lleva a depender de instancias externas y ajenas. Tal dependencia las gregariza y masifica.
He aquí una clave de interpretación de la vida humana: Cuando la actividad de un dirigente torna gregario al pueblo, estamos ante un líder falso. El guía verdadero otorga a las personas que lidera poder de discernimiento y de iniciativa, capacidad de ser autónomas y solidarias al mismo tiempo.
Líder auténtico no es sencillamente el que tiene capacidad de guiar a las gentes, sino el que las conduce a su pleno desarrollo, que constituye su bien, su auténtica meta. El ilusionista que tergiversa los conceptos y los vocablos para llevar a las personas a su particular molino ideológico priva a éstas de la capacidad de pensar con precisión y elegir lúcida y libremente el verdadero camino de su plenitud personal.
El buen líder busca la verdad hasta el fin, pues no se contenta con medias verdades.
Ese amor a la verdad -vista como la patentización de la realidad que nos permite realizarnos- nos lleva a sentir una profunda insatisfacción ante cuanto signifique deterioro de la vida humana y, consiguientemente, de la propia realidad personal. Pensemos en la decadencia cultural, el declive de la sabiduría, la insensibilidad ante los grandes valores, la inautenticidad en todos los órdenes...

ACTITUDES DEL HOMBRE ANTE LA REALIDAD


ACTITUDES DEL HOMBRE ANTE LA  REALIDAD
Autora: Lilian Arellano Rodríguez.  Del sitio educadesdelaciencia.blogspot.com






1.2   TRES ACTITUDES DEL HOMBRE ANTE LA  REALIDAD:
         FILOSÓFICA – IDEOLÓGICA - DOCTRINARIA 


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1.2.1  La actitud filosófica
                La Filosofía no es un conocimiento hecho; sino un hacer, un constante filosofar. Enseñar filosofía es enseñar a filosofar, a reflexionar con la mirada puesta en la verdad real; sin otro compromiso que con la verdadera realidad. Descubrir la realidad de cara a ella, en el encuentro con ella… ¿Por qué es tan difícil hacer que el niño descubra la mariposa en la mariposa y luego dialogue con quienes también la han admirado; antes de hacerlo memorizar páginas de un libro que repite incansablemente las características de un insecto, más bien dicho, de un concepto que no es real sino un “ente lógico”, sin movimiento, sin colores, sin vida ni muerte? Pensar la realidad, amar la realidad, descubrir la realidad, cultivar la realidad… ¿Si descubriéramos al hombre real, ustedes creen que sería tan fácil lastimarlo, abandonarlo, humillarlo, asesinarlo?  Por ello deduzco que la violencia actual, la indiferencia de otros, la demagogia o charlatanería pura, sin verdadero compromiso,  surgen con tanta facilidad de un hombre que  nunca se ha encontrado con nada  ni con nadie, ni siquiera consigo mismo.
                Instalados en la realidad, amándola, intentemos su descubrimiento, intentemos entenderla y enseñarla que enseñar es tan sólo eso: señalizar hacia ella y enseñar a mirar y admirar.  Luego, podremos entrar en diálogo con los otros caminantes quienes, desde su perspectiva, desde su historia de vida, también buscan - con la misma honradez intelectual y moral- esa misma verdad real.   Entonces, sellado ese compromiso de búsqueda, indagación o investigación, los dialogantes podrán entramar sus ideas, discutirlas, fortalecerlas, rectificarlas y, siempre, enriquecerse en el encuentro con un tú; pues, aunque diversos, el horizonte real será el mismo.
                Por ello, en el filosofar, no hay enemigos ni cómplices; no hay intento de posesión o de poder sobre el otro; sino sólo maestros y discípulos; adversarios siempre dialogantes…ni perdedores, ni ganadores.   Sócrates, Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino, Descartes, Heidegger, Ortega y Gasset, Zubiri y tantos más, nos presentan una diversidad de perspectivas que emergen de tiempos, historias y mundos  distintos pero todos unidos por una misma vocación, misión e ideal: la búsqueda fervorosa de la verdad y su enaltecedora enseñanza. Por ello, entre los adversarios hay respeto y gratitud: hay una mística de la enseñanza y aprendizaje que vinculan al ser humano  con los trascendentes valores de la belleza, bien y verdad reales.  Por ello, el saber develado también instaura el templo; quien así lo entienda, respetará por sobre todo su profesión de educador y hará escuela o universidad.
(Develar: quitar los velos para descubrir la verdadera realidad, oculta tras las apariencias. Saber develado es aquel que procura el hombre por sí mismo, haciendo uso de su entendimiento e instrumentos indagativos.)
La filosofía es un filosofar:  Siendo estudiante de Filosofía, tuve la oportunidad de tener que estudiar algunos textos de Xavier Zubiri…Lo interesante, es que después de reflexionar sobre la forma como Zubiri planteaba, en sus “Lecciones de Filosofía”, el pensamiento de Aristóteles, Kant, Comte, Bergson, Dilthey, Husserl y Heidegger, dejando claras las diferencias entre uno y otro con respecto a la visión que cada uno tenía de la filosofía, concluí que, por sobre toda diferencia, primaba algo mucho más primordial y común a todo auténtico filósofo: No se trataba de que estos filósofos discreparan en todo o sostuvieran planteamientos subjetivos o superficiales sobre su propio quehacer; por el contrario, lo que entonces pude entender, y hoy reafirmo, es que la filosofía más que un contenido o conocimiento estático, hecho o cerrado, el cual hubiera que entender y memorizar para luego repetir y, a lo más, preguntarse si estás o no de acuerdo con él, es, por sobre todo, un filosofar. Un filosofar, esto es, un quehacer que emana de una actitud de búsqueda, de descubrimiento; una actitud intelectual de honesta búsqueda de la verdad por amor a ella; un saber al estilo socrático: una dedicación, un compromiso, una vocación, un amor. Un saber humilde que indaga con respeto; que sólo puede asegurar qué es lo que no sabe y, simultáneamente, una actitud educativa porque insta a un constante afán de superación, de interrogantes y de diálogo. Sí, pienso que es en este sentido en el que están de acuerdo todos los filósofos y educadores; aunque luego difieran en el contenido o camino que realicen para filosofar o educar: Sea el ser, la vida, los hechos, la realidad, el contenido de la conciencia o la intuición aquello que motiva al filósofo a pensar, lo que importa, es que la filosofía es filosofar y el reto es hacerlo y hacerlo bien; saber filosofar…
             Desde "El Mundo de Sofía" y "Sócrates" de Rosellini
     Saber pensar... esa es la clave de la educación; la base de las ciencias, técnicas, artes, justicia.
      Saber amar... El verdadero amor es sabio; pues no puede ser indiferente al amado-a; por el contrario, sólo anhela su bien.  Todos los problemas ecológicos y sociales; sólo expresan la falta de amor por la vida.  Enseñar a amar y a pensar son los grandes vacíos de la educación. ¿Se puede ser universitario, sin amar el universo? ¿Se puede ser educador sin amar al ser humano? ¿Se puede ser biólogo sin amar la vida; físico sin amar el movimientos, las fuerzas y la constante búsqueda del equilibrio; químico, sin amar las formas, estructuras, cambios de la materia; matemático, sin amar la proporción, la disciplina, el orden, la música...?
        Así, el método filosófico es el camino que realiza cada cual para encontrarse con la verdad; esto es, con la realidad que "verdadea" o verdad real. En este sentido, cada camino es único, porque cada uno debe no sólo recorrerlo sino construir, dirigiendo y haciendo uso de las herramientas y estrategias necesarias para ello; lo que no es lo mismo que decir que cada cual tiene su verdad; pues la verdad no depende del camino ni de quien la indaga; sino que pertenece a la realidad indagada o cuestionada por el investigador o filósofo. Insistamos una vez más: la verdad no depende de lo que creamos, pensemos o deseemos; por el contrario; nosotros debemos buscar la forma adecuada de acceder a la realidad verdadera, haciendo uso o forjando los caminos y herramientas, instrumentos o estrategias (técnicas) que respetan la naturaleza de ésta de tal modo descubrirla sin adulterarla.  En la actitud filosófica, el indagador encuentra su fuerza en la realidad o verdad real: en ella está su fundamento; pues verdad es lo que la realidad realmente es.
                Ahora bien, el objeto de indagación será siempre  “el Universo” sólo que, por límites humanos, mirado desde una perspectiva.  Así, el Universo en cuanto viviente, dará lugar a la biología; en cuanto compuesto material, a la química; en cuanto movimiento de la materia, a la física; en cuanto acontecimiento de lo humano, a la historia; en cuanto realidad  a la filosofía….  Estas perspectivas en la realidad conforman una unidad real. Por ejemplo, la realidad es realidad de un ser viviente que, si es de índole personal, trasciende lo material y que, a pesar de ser afectado –aquí y ahora- por la gravedad, la vida y la muerte, tiene un origen, misterio y forma de existencia que trascienden estas perspectivas.  Por lo mismo, en cuanto la filosofía trata de la realidad en cuanto tal, todo científico tiene una filosofía y, en cuanto todo filosofar implica una actitud ante la realidad, es algo que acontece en el ser humano, no en la superficie del tener (tener conocimientos) sino en lo más íntimo de su ser, dando lugar a una actitud desde la que se vive, una visión y forma de existir, de vivir. En este último sentido, toda persona tiene una filosofía de vida; sólo que algunas más o menos fundamentadas, vividas. No puedo dejar de transcribirles unas palabras de Eugenio D’ Ors:
                “La solución correcta de la tensión filosofía-vida no consiste en rebajar el filosofar al  nivel del vivir, sino en elevar la vida a la filosofía, inscribir ésta en aquella.  Si la meditación filosófica sorda al vivir debe llamarse un desvarío, la hora de vivir ciega a la filosofía, una vileza.” (Cit. Por H. Zomosa en “Realidad metaobjetiva y método configurativo de Eugenio D’Ors”, Rev Cruz del Sur, Nº 2 Ed. Univ. Católica de Valpso, 1976. Pág. 131).  También lo decía Bernardo Palissy, en palabras muy queridas y repetidas por D’Ors: “Y si la agricultura es conducida sin filosofía, ello equivale a cotidianamente violar la tierra con todas las sustancias que contiene” (Cit. D’Ors http://revistakatharsis.org/aprendizaje.pdf, pág. 18)
1.2.2 La actitud doctrinaria
Pintura "La Crucifixión" de Dalí"
         Más allá, en el origen y destino de nuestras existencias y mundos, encontramos, ya no la ignorancia de los límites del conocimiento develado, investigado, demostrado; sino el misterio que sobrepasa la razón y  busca una respuesta en la verdad revelada.  La verdad revelada es aquella que se ofrece a quien tiene fe, escucha y asume como verdad lo que le dice aquella Realidad de Realidades, Creador no creado, sabio y amante perfecto, creador del universo.   La fe tiene que ver con los misterios, con aquella dimensión del Universo que nos sobrepasa: ¿Por qué vinimos a la existencia; por qué de esta forma, en un aquí y ahora precisos? ¿Antes de la vida y después de la muerte, qué y para qué?  La verdad revelada no es una verdad a la que se tenga acceso desde la razón y desde el laboratorio, pues las realidades a las que alude son superiores a las que se pueden apreciar en un tubo de ensayo, captar un microscopio o un telescopio.   
                Todo ser humano es creyente; pues creen tanto los que aceptan como los que rechazan la existencia de un Ser Superior; ya que estos últimos tampoco pueden demostrar su no existencia.  El camino de la fe no es un camino contrario al de la razón, sino distinto; pues ambos –si son honestos- buscan la verdad real.  Así,  son muchas las ideas (producto del razonar y la investigación) y las creencias (producto de la fe) que coinciden… Es más, el hombre de ciencia, si es honesto, sabe que su filosofía o ciencia tiene límites y que la realidad es más compleja de lo que puede hoy captar su razón.  Tanto quien se inicia en la existencia y el saber, como quien ya ha recorrido gran parte del camino, se da cuenta que las preguntas que nos hacemos sobre nuestra esencia, origen y destino o sobre el sentido último del Universo y de la educación, nos llevan más allá de los límites de la filosofía y de la ciencia; pues no todo puede ser observado ni razonado…
                 Para muchos, la respuesta está en un Ser Creador, Omnipotente, Amor Supremo, Padre, Salvador… Tal vez le llame Alá,  Buda o, simplemente,  “algo superior” o energía espiritual….  ¿Qué importa más: el nombre o la realidad?  En ese Ser, más allá de cómo lo ideemos,  enfrentemos o expresemos, aparece la Verdad Simple y Absoluta para quien, desde el misterio de la fe, cree en esa verdad revelada.  Otros, creerán que el Ser Superior es el azar y la energía.  Por supuesto, estas creencias marcarán nuestra vida; pues somos realidades re-ligadas (de ahí la palabra re-ligión), es decir, doblemente ligadas a algo que trasciende la vida, por cuanto el origen de ésta no está en nosotros mismos, como tampoco nuestra vida termina en ella… La fe, entonces, tiene que ver con las interrogantes del antes y después de la vida; sus respuestas serán las que den lugar a los diversos credos o religiones y al sentido mismo de esta vida que variará según la pensemos como una línea que va del útero al sepulcro o desde y hacia lo sobrenatural.

                Nadie escapa de la fe… ¿Cuál es nuestro origen? ¿Cuál es nuestro destino? ¿Por qué me fue dado el don de ser creado? ¿Azar o sentido? ¿Del sepulcro a la tumba o desde Dios a Dios? ¿Determinados por la naturaleza, somos parte de una cadena evolutiva que en algún momento nos superará o somos un ser que trasciende la naturaleza, habiendo sido creados a imagen y semejanza del Creador de existencias; tanto en acto como en potencia?
                Fe y razón. Verdad revelada; verdad develada: Dos caminos para acceder a la verdad real. Creencias e ideas; confesión y demostración.  La fuerza de la fe está en el acto de creer, lo contrario a ella será la duda que emana de la razón o de los sentidos, debilitando la creencia.  Esto no implica que no se pueda pensar lo creído; pues esa es precisamente la misión de disciplinas filosóficas como la teología o estudio sobre Dios; pero en este caso, no se trata de credos ni de fe, sino de ideas y razones.
        Ciencia, arte y fe se cruzan en los caminos de búsqueda.
              "Contacto", una muy excelente película de ciencia ficción (no de fantasía) que expresa las ideas que el licenciado en arte, astrónomo y doctor en astrofísica Carl Sagan se hiciera del universo y expusiera en forma novelada.  Junto al director cinematográfico Robert Zemeckis, Carl Sagan supervisó la correcta exposición de su pensamiento.
                Ante la diversidad de credos, el respeto es la actitud propia del educador. Respeto y tolerancia se ponen a prueba ante quienes tienen un credo distinto, con un solo límite: Es respetable toda idea y credo que no atenta contra la dignidad de ser. Por mi parte, tengo un pensamiento que siempre lo transmito: Toda fe que saca a luz lo mejor de ti, es válida.
                  Credo, ideario e ideología se presentarán como alternativas, en un juego que variará según el sentido que demos a nuestra existencia y, en ella, a nuestra profesión. ¿Cuál es la actitud correcta que debe conservar quien se dice educador de niños, adolescentes, jóvenes o adultos; teniendo presente que el profesor, como todo ser humano, tendrá sus propias creencias, tal vez simpatías o militancias ideológicas e idearios?  Lo importante es tener clara la diferencia entre una y otra actitud, sus alcances y límites y nuestro deber educativo ante ellas.


               
1.2.3 La actitud ideológica
               Mientras la doctrina es una cuestión de fe que, por lo mismo, trata de los misterios de la vida que por su sobrenaturaleza escapan a la aprehensión científica; la ideología trata de ignorancias superables, con el avance de la ciencia y de la tecnología o con la indagación propia y adecuada. Sin embargo, atendiendo a nuestros límites, no podemos tener una actitud científico-filosófica ante todo; de ahí que nos hacemos cargo y encargamos profesionalmente de una dimensión de la realidad, dejando el resto a cargo de otros profesionales o expertos. Así, vamos al médico para que nos diga qué nos pasa y luego, confiando en él, aceptar sus recomendaciones como verdaderas y/o convenientes.  Lo mismo, cuando recurrimos al electricista para que nos diga cómo hacer o arreglar aquel artefacto, al constructor civil para que nos informe sobre la calidad de tal suelo, al economista para que nos diga cómo se superará la pobreza, al juez para que nos diga cuál es el justo veredicto respecto tal o cual caso  o al político para que nos anuncie cuál será la mejor forma de gobernar un país,... etc. En todos estos casos, no estamos indagando la verdad a partir de un estudio directo de ella, ni tampoco pronunciándonos sobre misterios sobrenaturales; sino que interrogamos a otros sobre cuáles son sus formas de interpretar o entender la realidad.  Estamos moviéndonos en un ámbito ideológico, dependiendo de la honestidad del ideólogo, donde el riesgo del engaño es claro: dependemos de la moral, conocimientos y actitudes de otros... que podrían sólo intentar convencernos y hacer aparecer como verosímil algo que no es verdad pero que al ideólogo le conviene que “creamos”: El médico podría operarnos sin ser necesario, el electricista podría decirnos que el computador tiene la tarjeta madre dañada, el político ser sólo un simpático demagogo…
 "Gracias por fumar": El ideólogo en acción
La fuerza de una ideología está no en la verdad real sino en la idea propagada, en la fuerza de la mayoría que la milite: Que hoy alguien proponga que la tierra es el centro del sistema solar, no tendría ninguna fuerza…   Por lo mismo, en el ámbito ideológico, hay seguidores y opositores, conveniencias e inconveniencias, propaganda y anti propaganda, estrategias de manipulación para lograr adherentes y derrotar al “enemigo” que es visto como obstáculo opositor: están los “nosotros” y “los otros”.  No es suficiente la exposición de la verdad, sino el ser convincente, creíble.  Al ideólogo le interesa la popularidad, pues sin ella no tiene el apoyo de la masa para obtener poder; por lo cual la idea es simplificada y entregada de forma intencionada al propósito ideológico. 
Mientras en la actitud científico-filosófica vamos directamente a la realidad para desde ella hacernos una idea sobre la misma, en la actitud ideológica no indagamos sobre la realidad sino que preguntamos a otro qué piensa sobre ella: hay un desarraigo de la realidad.  Insisto en que no podemos ser indagadores de todo; pero es importante saber cuándo estamos moviéndonos de una u otra forma, para prevenir el error, el engaño.  Educativamente, es importante tener presente:
1º La ideología puede ser objeto de estudio o puede ser objeto de militancia: Ahora bien, las ideologías respecto ciertas área de la existencia pueden ser filosófica, histórica o científicamente estudiadas y enseñadas; algo muy distinto es que la forma de estudiarlas y enseñarlas sea ideológica. En este último caso, nos encontraríamos en una actitud militante que, como tal, pretendería hacer del educando un adherente ideológico; lo que es contrario a la educación cuyo carácter formativo requiere de un educando interrogante, crítico, cuestionador e indagador  y de un educador que crea las condiciones propicias para ello.  Situación contraria al ideólogo que parte con ideas preconcebidas, con la finalidad de propagarlas y no ser cuestionado.   Demás está decir que para que se dé un debate de ideologías, que también puede ser interesante educativamente, éste se debe dar ante un público idóneo que posea autonomía cognoscitiva y moral sobre el tema a discutir, de tal modo pueda superar las propias simpatías o conveniencias personales.
2º La manipulación del hombre a través de medios psicológicos y del lenguaje es el instrumento del manipulador quien  conoce las técnicas y estrategias de la oratoria y convencimiento.  Lo propio de tales técnicas es su carácter subrepticio (sub-reptar), esto es, oculto, “bajo cuerda”, de tal modo el manipulado no se da cuenta de ello.  Se trata de hacer creer a la persona que piensa y toma decisiones con fundamento, cuando en verdad, ha sido objeto de las diversas estrategias manipuladoras.  Sobre este tema, véase el Aula Socrática II: EDUCACIÓN Y MANIPULACIÓN (Ver artículos en Página Principal)
   Desafortunadamente,  ámbitos que debieran ser eminentemente filosóficos, creativos, son ideologizantes en la misma medida que se desvincula al alumno de la realidad a estudiar (que debiera ser sinónimo de indagar).   A ello nos referíamos en líneas  anteriores, cuando decíamos que al alumno se le pide que memorice relieves, fórmulas, datos –esto es ideas preconcebidas- sin haber ido al encuentro de la realidad, situación o problemática real desde la cual surgieron.  Insectarios (cadáveres) son recolectados y se supone que es para estudiar formas de vida; páginas llenas de datos deben ser memorizadas sin mayor sentido que la imposición de un programa y la obtención de una nota; sin embargo, el científico que llegó al descubrimiento de esas mismas ideas dio su vida entera a ello.  Así, el alumno debe aprender a desarrollar binomios o trinomios sin saber cuál es su sentido.
 Leer y reflexionar “Sobre el estudiar y el estudiante” de José Ortega y Gasset
http://www.seminariodefilosofiadelderecho.com/Biblioteca/O/estudiar.pdf
Reflexionar sobre la trayectoria antropológica del hombre actual
http://www.youtube.com/watch?v=rmOV5yIujng
 


LOS ATRIBUTOS DE LA REALIDAD


LOS ATRIBUTOS DE LA REALIDAD


AUTORA: LILIAN ARELLANO RODRÍGUEZ


       Toda realidad, por el hecho de ser real, posee tres atributos:   
1.- La realidad es 
2.- La realidad actúa
3.- La realidad vale

1.- LA REALIDAD ES

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    Toda realidad es.  ¿Pero qué significa ser? Con la palabra ser aludimos a dos dimensiones reales, propias de toda realidad, constitutivas de la misma: La realidad es algo (oveja, pasto, yo, tú…) y este algo existe (oveja, pasto, yo, tú… estamos siendo, existiendo).  Probablemente, nos encontremos con muchas realidades que no sabemos qué realidad son; pero lo que sí es claro que sabemos que se trata de realidades que, por ser reales, son “algos” -como decía el físico Francisco Claro- “algos” que existen, que están siendo.

                Profundicemos sobre el algo que la realidad es de suyo.  Para ello, imaginemos que estamos ante una oveja pastando…

                Lo más importante del ser de una realidad es su esencia –la esencia de la oveja es su estructura genética- la que cumplirá dos funciones esenciales simultáneas: a) talidad y b) substantividad.  

a) La talidad es el poder esencial que constituye la realidad como tal; su qué es, su identificación como realidad-oveja y no-pasto, no-gato, no-yo, no-tú.  La esencia es la unidad básica estructural constitutiva de cada realidad, de tal modo que sin ella, no sería tal realidad; es lo que necesita para ser tal: la esencia no sólo es real sino que hace que esta realidad sea una realidad oveja. La esencia no es algo de la oveja,  es la oveja. La esencia, además de constituir la realidad, es su base principial, esto es, es principio de otras notas que posee tal realidad; notas que por emanar de la esencia, llamaremos “notas constitutivas derivadas”.  Con la palabra nota aludimos a todo aquello que forma parte de una realidad; ya como parte, característica o función. Así, de las notas esenciales de la oveja derivan- vía desarrollo- todas las notas que dan lugar a la forma, topografía, ubicación, disposición, relación y funcionamiento de sus órganos.  Y aquí insistimos en no confundir la realidad con la idea de ella; pues es claro que la esencia no es una idea sobre la realidad, no es la idea de oveja, sino la oveja misma.  La idea de oveja no bala, no pasta, no da leche...

                 Ahora bien, la realidad es… es “algo”, principalmente, su esencia y notas derivadas de la misma; pero no sólo esto es lo que “hay”, lo que pertenece a una realidad como parte de ella.  Pertenecen a la realidad, como parte de ella, las notas que describen una situación o estado de la misma, sin llegar a determinar su realidad tal.  Así, nuestra oveja puede ser una oveja recién gestada, recién nacida, cordero, morueco…, gorda, flaca, con vellón, esquilada; pero su esencia es la misma: es la misma oveja.  A estas notas no esenciales sino situacionales, llamaremos notas adventicias. En el caso nuestro, hay tantos cambios adventicios a lo largo de nuestra existencia que cuesta reconocernos.  Vemos la foto de cuando tenemos 1,  10, 15 años (yo podría seguir 30 años…) y nos vemos tan distintos: son nuestras notas adventicias pero, a través de ellas, en una zona más profunda somos nosotros, los de siempre… más allá de cualquier estado y decimos: soy yo.
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       Einstein a los 2 años (1.881), 14 años (1893),  aproximadamente a los 25 años, a los 45 y finales de su vida en 1954.  Esencialmente es el mismo; sus notas adventicias, aunque conforman un todo con las notas esenciales y derivadas, no determinan su talidad ni substantividad
                                                                                             
b)  La substantividad es la autonomía entitativa, propia de cada la realidad – de esta realidad oveja- de tal forma que nuestra oveja es una realidad y no parte de otra realidad.  El corazón de la oveja, en cambio, no tiene substantividad pues es una parte de ella, que cumple una función. Tampoco el vellón, ni el color o grosor del vellón de esta oveja, poseen substantividad.  No confundamos, entonces, lo que es substantividad con lo que es sustancialidad o capacidad de ser sustancia. Las sustancias no tienen autonomía entitativa sino que forman parte de una realidad que sí la tieneEl pasto, tiene una esencia que le hace ser pasto, le define como tal y le otorga este carácter de ser una realidad tal y no parte de otra realidad; pero una vez comido por la oveja, pierde su esencia; deja de ser pasto, pierde su substantividad y pasa a ser una de las tantas sustancias que forman parte de la oveja. 

                De lo anterior se deduce que debemos distinguir entre cambios substantivos y cambios sustanciales. Esquilamos la oveja y esta sigue siendo oveja: no ha perdido su esencia (no ha perdido su talidad ni substantividad), sólo ha modificado su aspecto, sustancialmente. Sin embargo, lo que antes era parte de ella (una sustancia que llamábamos vellón) ahora, al extraerla, adquiere substantividad y llamamos lana.
                             
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                  Otro ejemplo: Viene un puma y se come la oveja, provocando un cambio esencial-substantivo y otro sustancial.  Esencial por parte de la oveja que deja de ser realidad-oveja; sustancial por parte del puma quien luego de comida la oveja, pasa a tener más proteínas, triglicéridos, ácido úrico, glucosa, etc. La pérdida de la esencia, para una realidad, implica un cambio radical –esencial- un dejar de ser la realidad tal que era (perdió talidad y substantividad).  Dentro del organismo del puma es tan sólo sustancia, forma parte de la realidad-puma.  El puma al nutrirse de ratones, ratas, conejos, liebres, ovejas, hace que estos pierdan su esencia y dejen der una realidad tal, para pasar a ser parte de las miles de sustancias que él posee pero que tampoco lo definen. El puma es una realidad compuesta de millones de sustancias. 
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Un paréntesis de humor…
El pollito que no entiende
 los cambios esenciales:


        Así, nos encontramos en un Universo que está sufriendo constantes transformaciones esenciales y no esenciales (sustanciales).  Un incendio en nuestros bosques sureños, por ejemplo, provocará grandes transformaciones esenciales;  numerosas realidades dejarán de ser tales: araucaria, mañío, roble,  ulmos, coihues, laureles, canelo, guanaco, huemul, pudú, zorro, hurón, ñandú, reptiles,… etc., por la acción del fuego sobre ellos, pierden sus respectivas substantividades orgánicas, para degenerar en otras realidades (substantividades) de índole inorgánico: monóxido o dióxido de carbono, metano, óxido nitroso… Esto convierte la pregunta por la esencia en la pregunta por la existencia de cada realidad -también de la nuestra- y se constituye, por lo mismo, en una pregunta por el principio y final de cada existencia; pues, podemos asegurar: mientras mi esencia sea tal, yo seré yo…

                Mi esencia soy yo; tu esencia eres tú, más allá de cualquier modificación sustancial que sólo caracterizaría estados, más o menos prolongados; más o menos importantes.  No cabe duda, estar más o menos gordos o flacos, más o menos anémicos, tener el pelo más o menos largo, estar más o menos corto de vista hace referencia a cambios sustanciales que tampoco aparecen de la misma importancia ¿Qué prefieres, perder la vista o la movilidad de piernas o la capacidad mental? ¿De qué dependerá la importancia de estos estados? ¿Es este tipo de cambio sustancial orgánico el que más nos preocupa? ¿Nosotros, las personas humanas, sufrimos otro tipo de cambios que, aunque no esenciales, son más importantes que las transformaciones orgánicas?  “¡Cuán cambiado estas…!”, decimos a quien antes, reconocido por su irresponsabilidad, desidia, ahora aparece todo lo contrario.  En otras ocasiones escuchamos a alguien exclamar: “Tengo que superar esta pena que me consume” o “No podía descubrir mi vocación, ahora sí; estoy feliz”, “¡Me enamoré; me desenamoré!”  Somos una realidad compleja; tanto, que la discusión sobre cuál es nuestra esencia persiste por siglos… ¿Nuestra esencia- que nos hacer ser tales y otorga substantividad, es la estructura del gen humano o es de índole espiritual? ¿Somos cuerpo o tenemos cuerpo? ¿En otras palabras, dado que con la muerte mi cuerpo sufre una transformación esencial, dejo de ser yo? O ¿mi esencia es espiritual, por lo tanto la muerte no nos afecta esencialmente (ni nuestra talidad, ni substantividad) sino que sólo afecta un cambio de estado, de situación, por lo que podemos asegurar que, más allá de esta vida, seguimos existiendo?  Todas estas preguntas, forman parte de las interrogantes de una antropología y axiología, a tratar en la UNIDAD II: Antropología y Axiología de la Educación.

                Hasta aquí, hemos aclarado que la realidad es algo, principalmente su esencia, principio de otras notas que llamamos constitutivas derivadas.  Además, configuran el algo de la realidad, las llamadas notas adventicias que no determinan su ser esencial, sino un estado o situación… Dejemos el “es algo” hasta aquí, para ir al “es algo existiendo”, intentando conceptualizar (hacernos una idea) el existir: No sólo debemos ser (alguien) personas sino existir como tales. (Se usa el algo para las realidades no personales y el alguien para las realidades personales.)

                La realidad es algo (alguien) que existe: La realidad es oveja, cobre, persona,… Pues bien, la realidad no tiene problemas esenciales, pues cada realidad se encuentra siendo esencialmente lo que es - oveja, cobre, persona y no por propio esfuerzo.  La esencia no es problema, en cuanto ninguna realidad se dio a sí misma la esencia: la uva se encontró siendo uva, el perro se encontró siendo perro y nosotros nos encontramos siendo cada uno una realidad-persona.  Sí, la esencia nos es dada esencialmente en acto; pero lo que somos debemos seguir existiéndolo, en un juego (interacción con las demás realidades y con el todo que es el universo; por lo demás, la esencia es lo principal y sustento de toda realidad; pero no sólo somos esencia. La esencia es lo que realmente nos constituye como tales; pero también poseemos las notas adicionales que tienen sus propias potencialidades y no siempre las existimos a favor de quien somos; sino en contra de nuestro propio ser esencial… Así, siendo personas, actuamos “como si” fuésemos animales… No tenemos poder sobre nuestra esencia, por lo cual mientras existamos seremos personas; sólo que “inhumanos”. Sólo el ser humano puede existir en forma inhumana; no podemos llamarle inhumano al puma que se come al cordero.  Existir, saber existir, es problemático; es el problema de ser el que se es y se debe ser; más aún cuando es evidente que nos encontramos entre las realidades que tienen y causan mayores problemas existenciales.

                Pues bien, hay existencias más o menos complicadas, dependiendo de si esas existencias están más o menos predeterminadas por su esencia y por la acción de otras realidades: El peral, por ejemplo,  es peral, tiene esencia de peral y su existencia consiste es su desarrollo natural, espontáneo -no voluntario ni intencional- predeterminado por su esencia orgánica y en juego con factores externos, ambientales...  Los mayores problemas que puede tener su existencia es de desarrollo orgánico y esos problemas no dependen de su intención o voluntad; sus problemas no son producto de un error de opción, sino que emanan de la acción de fuerzas provenientes de otras realidades como las inclemencias climáticas, plagas o el ser humano que decide derribarlo o quemarlo, terminando incluso con su esencia y existencia tal.  Es evidente que es la realidad –humana, tal como dijimos, quien no sólo tiene mayores problemas existenciales sino quien también los causa: contamina aires, aguas y suelos, extermina especies, siembra sin preocuparse del equilibrio ecológico, consume nicotina, alcohol y todo tipo de drogas que sabe le dañan; unos pocos ocupan grandes extensiones para vivir e inventamos y usamos medios no naturales para existir -el avión para volar más alto y rápido que cualquier ave, el vehículo para correr más veloz que el lince, el teléfono para interconectarse en forma inmediata, superando tiempos y distancias, máquinas para derribar montañas y acortar caminos, fabricamos olores artificiales, microscopios, observadores satelitales, calendarios y horarios, dinero, aparatos para hacer fuego a voluntad… etc.  A diferencia de las otras realidades, orgánicas o inorgánicas, nuestra existencia es abierta, esto es, no determinada, libre: debemos optar constantemente qué hacer, con nosotros y con lo y los demás.  Debido a ello, nuestra existencia se nos complica; debemos optar cómo existir y podemos errar, pues nuestras posibilidades son múltiples y de  nosotros dependen que sean más.  Esta opción en la forma de existir, es tal, que trasciende (va más allá, supera) cualquier límite natural; tanto positiva como negativamente.  Alguien inventa la bomba atómica y alguien da la orden de activarla… otros nacen con discapacidades y hacen los que otros con más potencialidades naturales no realizan.  Sí, no sólo somos los mayores creadores de problemas sino los mayores solucionadores.

                                                Pues bien, la existencia al no ser dada hecha, es otorgada en gran parte en potencia. Tenemos entonces, que existen dos formas de existir: Existencia en potencia y existencia en acto.  La potencia es una forma de existencia; tal como lo dice la palabra, es la existencia como fuerza, poder, capacidad, posibilidad.  En el ser humano recién gestado está en potencia el caminar, bailar, jugar, reír, escribir un poema, descubrir una galaxia, salvar o destruir a gran parte de la humanidad…  La existencia en potencia es real, no la confundamos con la no existencia que no es real, no es algo, no existe.  En un gato, por ejemplo, no está en potencia ser un gran pianista, por eso nunca encontraremos a un gato amargado porque no puede realizarse componiendo música; sí encontraremos personas que luchan por estudiar para ser el gran pianista, pues, realmente ya lo son; sólo que lo existen en potencia.  En potencia somos grandes personas, porque nuestra esencia lo es; pero hay que descubrir y realizar esas potencias; existirlas en acto (actualizarlas) cuando aún es tiempo, pues muchas de esas potencialidades están condicionadas por notas adventicias de nuestra realidad: a los 60 años es demasiado tarde para actualizar recién las potencialidades que nos habrían permitido ser grandes bailarines clásicos.  Por otra parte, actualizar ciertas potencialidades, puede implicar la disminución de otras: quien se dedica a ejercitar  boxeo, debilitará la motricidad fina que se requiere para ser un gran joyero o médico cirujano. 

                En el caso de las realidades inorgánicas, hay una serie de potencialidades que se van activando (actualizando), dependiendo de las acciones de una realidad sobre otra. Por ejemplo, el metal plomo, tiene en potencia una gran elasticidad que se actualiza, dependiendo de las temperaturas del ambiente que, entonces, distiende o extiende sus átomos.  Igualmente los organismos – vegetales, fungis, bacterias, animales- tal como hemos dicho, tienen una serie de potencialidades orgánicas, naturales.  En la semilla de ciruelo está su ser entero, sólo que en potencia actualizándose: sus raíces, tronco, ramas, flor, fruto… sus procesos alimenticios, con todas las potencialidades y actualizaciones constantes en juego; las potencialidades para captar sus nutrientes, transformarlo, distribuirlos a todas las células y eliminar las sustancias de desecho; las potencialidades para dirigir sus hojas hacia el sol o las raíces hacia la tierra y el tallo hacia las alturas, las posibilidades de cerrar y abrir sus flores; sus  potencialidades reproductivas…  Toda esta existencia orgánica predeterminada por su esencia orgánica que encierra en sí estas notas derivadas que se van actualizando en el juego con el ambiente; pero en forma no intencional…  Dejemos hasta aquí este tema de gran importancia para entender la educación, para tratarlo más adelante.  Sólo digamos que minerales, vegetales y animales son inocentes… usted y yo: no.  Somos responsables de lo que decidimos hacer y no hacer; de nuestros cometidos y de nuestras omisiones y sus consecuencias.   Vamos a otro de los atributos de la realidad. La realidad actúa… Pero antes, un esquema para que tengan presente la estructura de la realidad, de acuerdo con sus atributos…

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2.- LA REALIDAD ACTÚA


                La actuación es un atributo de la realidad; por lo tanto, toda realidad actúa: Si Dios, tú, yo, sistemas solares no conocidos, etc. son reales, actúan, independientemente del conocimiento que tengamos de ellos.  Aquí recurro a Zubiri, quien expresa: “Es realidad todo y sólo aquello que actúa sobre las demás cosas o sobre sí mismo en virtud, formalmente, de las notas que posee” (Sobre la esencia. Ed. Soc. de Estudios y Publicaciones, Madrid 1962, pág. 104).  Reflexionemos a partir de estas palabras: 

                Lo primero que debemos decir es que la realidad actúa “formalmente” en virtud de las notas que posee: Al decir formalmente, Zubiri se refiere a que la realidad actúa en cuanto realidad…; esto es, no en cuanto el sentido que nosotros le demos, sino en virtud de las notas reales que de suyo posee.  Ejemplo: Durante un sismo, desde una estantería caen porta vasos de cuarzo y corcho -de la misma forma, tamaño y altura- sobre las cabezas de las personas que allí se encuentran… La actuación de estas realidades que caen, será diferente, de acuerdo con las notas reales que los constituyen como una realidad de suyo corcho y cuarzo y no de acuerdo con el sentido de porta vasos que les hemos adjudicado.  Así, el fuego actuará de la misma manera sobre los billetes, tengan para nosotros el sentido de mil o veinte mil pesos: se trata de la actuación de las notas reales del fuego y de la celulosa.  La puerta de hierro se oxida, no porque sea puerta sino porque es hierro y el agua actúa sobre él provocando su oxidación. Llamemos –nosotros- a esta actuación de la realidad “actuación real”.

                Lo segundo que debemos tener presente es esta doble actuación de la realidad: sobre sí y sobre lo demás: En una molécula de agua hay una serie de actuaciones internas entre los átomos de Hidrógeno y el átomo de Oxígeno; fuerzas de atracción mantienen esa cohesión que da lugar a la molécula de agua. El agua, a su vez, actúa disolviendo sales, azúcares, proteínas…  Al mismo tiempo, sobre ella actúa la temperatura la que, en casos extremos, la solidifica o evapora, dando lugar a diversos estados pero sin perder su esencia.  La actuación del agua sobre los organismos vivientes es importantísima, posibilitando la replicación de ADN, actuando en el metabolismo, en la fotosíntesis, la respiración celular, etc.    Fuerzas gravitacionales, electromagnéticas, nucleares, radiaciones; mezclas, fusiones, ente otras, forman parte del universo interactuante de las realidades materiales que estudian biólogos, químicos, físicos y astrónomos.  Ahora bien, mientras más ascendemos en la complejidad de las realidades que conforman nuestro Universo, más complejo se vuelve este universo interactivo.  Así, si consideramos las realidades vivientes, surge la actuación propia de las notas de las realidades orgánicas.  Reproducción, desarrollo, crecimiento,  nutrición, sensaciones, reflejo…. La lombriz de tierra, por ejemplo, remueve la tierra, ingiriendo partículas de suelo y digiriendo los restos orgánicos; para alimentarse, arrastra hojas al interior de la tierra… Con su actuación forma especies de túneles subterráneos que remueven, airean y enriquecen el suelo, provocando el ascenso del fósforo y potasio que se encontraban en el subsuelo y expulsando sus propios desechos nitrogenados...  Con el paso del tiempo, propio de todo ser viviente es la  degeneración y pérdida de su substantividad para transformarse en realidades más o menos simples: moléculas pequeñas, grasas y ceras, polisacáridos, sustancias húmicas, enzimas y la biomasa de microorganismos de origen vegetal y animal…

                Estimados alumnos: La idea no es que para entender lo que es la realidad de suyo, tengan que de inmediato profundizar sus conocimientos de química, física, biología, química orgánica,  biofísica, física cuántica, astrofísica, etc. La finalidad del tratamiento ontológico que estamos haciendo de la realidad es tener presente que:   1º El filosofar no es un juego de elucubraciones o palabras bonitas, lejanas a la realidad: Eso es demagogia, opiniología o charlatanería.  2º La realidad, cada realidad y el todo real – el Universo- es complejo, actuante; pleno de transformaciones.  3º El científico, por amor al Universo, se dedica a su descubrimiento, distinguiendo lo esencial de lo no esencial, las actuaciones y sus consecuencias interactivas… 4º  El sabio sabe cuánto no sabe y, por lo mismo, es siempre humilde; no se envanece y disfruta del camino del descubrimiento.  5º Mientras más avanzamos en el descubrimiento de la realidad, mayor es nuestra conciencia sobre la complejidad del Universo y de cada realidad; sobre todo, de la nuestra.   Percibimos un Universo infinito, lleno de  misterios.  Entonces, admiramos la inmensidad de ese Universo micro y macroscópico, nos asombramos y, sobrecogidos, agradecemos nuestra existencia, en el centro de la inmensidad… 6º Disfruten el ser universitario y ser estudiante, no todos tienen la vocación o no todos los que la tienen, han podido darse la oportunidad de realizarse como tal… 7º  Sigamos con la realidad y su actuar…   

                La realidad actúa, sobre lo demás y sobre sí misma.  La actuación de la esencia  da lugar a notas derivadas.  A modo de ejemplo, destaquemos la actuación de la célula genética –morfogénesis-  que a través del desarrollo da lugar a la forma de un organismo completo.  En el caso de los organismos pluricelulares, esto conlleva a una serie de actuaciones derivadas esenciales de partición, diferenciación y crecimiento celular, organogénesis…  Producto de esta actuación, en los animales superiores, aparece un sistema nervioso que actúa respondiendo a la realidad en cuanto estimúlica.  Mientras más perfecto es este sistema, la realidad orgánica tendrá más posibilidades de recepción estimúlica y respuesta; lo que le permitirá un mayor poder y dominio sobre el medio.  Así, si pinchamos una babosa, ésta arrancará; pero si la llamo o pongo música, le enciendo la luz, no tendrá reacción alguna.  Si pinchamos un gato o perro, le ponemos música, llamamos o encendemos la luz, ellos sí reaccionarán ante esos estímulos; ya alejándose, ya acercándose, arañando, mordiendo o jugando. 

                Ahora bien ¿Si la realidad actúa sobre sí y lo demás, en virtud de las notas reales que posee, qué acontece con la actuación de nuestra realidad “persona humana”? Ante esta pregunta tendremos dos respuestas esencialmente distintas. Para quienes afirman que nuestra esencia es de índole orgánica, la complejidad y mayor posibilidad de respuestas a estímulos, vendrá dada (al igual que en los animales) por nuestro desarrollo ontogenético (desarrollo de cada uno), lo que se expresará en un sistema nervioso más perfecto que da lugar a un cerebro hiperformalizado, esto es, capaz de realizar análisis y relaciones más complejas que las que desarrolla cualquier otro animal. Así, comparados con el mono o el delfín, nuestra gama de estímulos y respuestas a los mismos será mayor que la de ellos. De acuerdo con esta afirmación: Somos un animal más de la escala zoológica.  ¿Pero nuestra esencia es orgánica?  Si una realidad es esencialmente orgánica, su actuación deberá ser de la misma índole y calidad que las notas reales de las que procede: De hecho, los biólogos saben que cualquier cambio en la actuación de un ser viviente es causado por la acción del ambiente y la necesidad de adaptación a éste, lo que implicará un cambio orgánico, su emigración o extinción. Así, cada especie animal actúa en un juego de adaptación natural organismo – ambiente, esto es, naturaleza- naturaleza; sin artificios que intermedien: sin estufas o ventiladores, sin cemento, aceros, cableados o conservadores de alimento…

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Realidad personal – Realidad animal… La realidad actúa de acuerdo con las notas reales que posee

                ¿Nosotros? He aquí la otra respuesta: La realidad persona humana –yo, tú-  tiene, posee un cuerpo que al igual que todo organismo viviente reacciona a estímulos y nuestro cerebro (ya lo dijimos) nos permite una serie de análisis pero… no tenemos la mejor capacidad auditiva, ni visual, ni olfativa, ni kinestésica, ni fuerza…. Sin embargo, creamos el teléfono, estetoscopio, telescopio, microscopio, scanner, automóvil, submarinos, satélites… Creamos insulina artificial, se experimenta en la fusión nuclear, se intenta desentrañar el origen de la realidad materia desde la “materia invisible”, creando un espectacular laboratorio y su máquina Gran Colisionador de Hadrones; llamada por algunos la máquina de Dios… También hacemos poemas, sentimos la vocación de educar, amamos, danzamos, rezamos, tenemos símbolos…  Teniendo nuestros cuerpos la misma naturaleza orgánica, damos respuestas tan diversas, que no tenemos idea de quién vive tras una casa.

                Nuestra realidad humana corta con la naturaleza… Sí, le estimula lo estimúlico pero a diferencia del animal, nosotros inteligimos el estímulo, lo aprehendemos como realidad; es decir, somos conscientes de que no sólo siento ese olor a rosas sino que las rosas son reales; es más, primero sé que son reales y luego me pregunto qué realidad es, cómo es, qué sentido puedo darle en mi existencia… y elijo qué hacer ante ella: ¿Me dedico a estudiarla? ¿Cómo biólogo, botánico o como agricultor? ¿Me dedico a comercializarla? ¿La manipulo genéticamente para obtener rosas azules o simplemente las tiño? ¿La regalo como muestra de afecto? ¿La uso como inspiración para un cuadro, que pinto con óleo, acuarela o carboncillo?  Las opciones son muchas… debo decidir cómo actuar.  En cada segundo debo decidir qué hacer de mi existencia...  Mis actuaciones no responden a mis capacidades orgánicas; es más, muchas veces atentan contra ellas: fumo, bebo alcohol, fabrico alimentos con altos grados de triglicéridos, invento bombas atómicas y bacteriológicas…  ¿Qué realidad somos? ¿Cómo explicar todas las contradicciones de nuestros actos? ¿Por qué y para qué tenemos todas estas potencialidades que no tiene ninguna otra realidad orgánica o inorgánica; por qué y para qué somos conscientes de la realidad, de la vida y de la muerte?

                Una esencia no material – espíritu o “algo”- actúa sobre nuestro organismo y le pide que dance, estudie, haga deporte, supere las discapacidades orgánicas,  cultive la naturaleza, ame, entienda, cree…  Pero toda realidad actúa y el cuerpo es real y actúa sobre el organismo y le pide descanso, comer, placer.  De la actuación del espíritu sobre el cuerpo y de éste sobre el espíritu, emerge la actuación poética o la destructiva, el beso de ternura, el beso de pasión y el beso de la traición, el abrazo protector y el acto violador, la responsabilidad ante nuestros actos y sus consecuencias o la evasión y la mentira irresponsables… 

                Si nuestra esencia es de índole espiritual, el cuerpo es una nota adventicia orgánica: Estamos incorporados, tenemos cuerpo pero no somos cuerpo; no somos animales sino personas. Estamos incorporados; hoy, aquí… Mañana… un misterio.  Pero hoy, el espíritu que somos actúa sobre nuestro cuerpo y lo espiritualiza; entonces ya no actúa como cuerpo sino como corporalidad…  El cuerpo que tenemos actúa sobre el espíritu que somos y lo corporaliza; entonces actúa como alma…  Es lo que llamamos combinación funcional, esto es, una interacción entre realidades diversas, de las cuales emanan notas que no son propias ni de una ni de otra, sino de la combinación.  Si fuéramos sólo espíritu no necesitaríamos una mesa y sillas para sentarnos y conversar en familia o con los amigos; si fuéramos sólo cuerpo, tampoco las necesitaríamos, pues nos echaríamos y no para conversar con la familia o los amigos.  Existencia compleja; libertad que por ser tal debe ser responsable y prudente; pues corremos el riego de la decisión errada.  Si nuestra esencia es de índole espiritual, nuestra talidad y substantividad trascienden la naturaleza; entonces, ni la gestación, ni la muerte del cuerpo, nos afecta… Nuestro origen esencial y nuestro destino son un misterio, cuya respuesta está más allá de lo visible, más allá del laboratorio…  Mientras mi esencia exista, yo existo… La vida es tan sólo una forma de existencia a la cual se opone la muerte; pero el plomo existe y no es una realidad viviente….

                Si somos de índole espiritual en estado incorporado, esta es una etapa de nuestra existencia que trasciende la vida y la muerte. Si nuestra esencia es un gen en desarrollo y nada más, nuestra talidad y substantividad existen en un tránsito del útero al sepulcro.  

                Otra explicación necesaria:  La realidad actúa y actúa de acuerdo a lo que formalmente es…  pero si la realidad actúa es  porque  “ya” es real: Si el manzano se nutre es porque ya es real, si el perro olfatea es porque ya es perro. No podría olfatear si antes no es perro… Toda acción se sustenta, emerge de una realidad; la acción por sí misma no tiene substantividad, siempre es la acción de… Por ello, la actuación de una realidad es real pero le pertenece a ella, vinculándola con el Universo, haciéndola presente en toda su integridad real… (Es problema nuestro si no logramos captarla en toda su integridad).  Entonces, se deduce de lo expuesto que no es la actuación la que hace que la realidad sea real; sino inversamente: “porque la realidad ya es real, actúa”…. Amamos, nos educamos, pensamos, sentimos, tememos…. Pero todo ello es posible porque ya somos la realidad que somos.  De repente escuchamos que alguien dice “Edúcate para que seas persona”.  Es al revés: Porque eres persona, edúcate, ama…  Somos personas amantes, sabias, educables… Lo somos por la actuación de la esencia pero tenemos que existir nuestra esencia y ello implica actualizar una serie de potencialidades que derivan de la combinación funcional.  La actuación de la realidad sobre ella y sobre los demás, nos permite conocerla, saber de su existencia: pero –insisto- no es el saber de ella lo que la hace real.

                Por último, y como una complejidad más nuestra: Dijimos que la realidad actúa sobre sí y sobre lo demás, formalmente, en cuanto realidad y no en cuanto el sentido que convenimos en darle.  Efectivamente es así; pero nosotros “personalizamos la realidad” y a una misma realidad le damos el sentido de anillo de compromiso, objeto de comercialización o recuerdo y actuamos conforme ese sentido que le dimos. Es más, ideamos fantasías y lloramos porque, en ellas, la niña mató al buen dragón que había criado pero que después de no ver por un tiempo, ya crecido, no reconoció… Actuamos otorgando un sentido a la realidad, a veces sólo personal e íntimo; otras, comunicado y consensuado por todos o la mayoría.  Si desaparecieran todos los seres humanos de la faz de la tierra, sólo quedarían las realidades actuando como tales:  Sólo somos nosotros quienes necesitamos e ideamos sentidos ante los cuales reaccionamos y a los cuales, fuera del laboratorio o de la reflexión filosófica y científica, damos más importancia que a la realidad misma, pues la simbolizan, invocan... Entonces el ser humano, prefiere morir a arriar la bandera, acusa de sacrilegio a quien pisotea la cruz y guarda, como mayor tesoro, su baúl de recuerdos. 

                Nuestras actuaciones dan lugar a obras (realidades con sentido socio cultural): esculturas, templos, hospitales, leyes, tribunales, bombas, música, ropa, empresa, jardines, películas, juguetes, libros, dinero; organizaciones sociales, militares, religiosas, laborales, educacionales…  Compleja existencia que requiere de la educación; precisamente porque nuestra respuesta no está predeterminada por nuestra organicidad


3.- LA REALIDAD VALE.

                La realidad es doblemente jerárquica, en sí y respecto las otras realidades.  En sí, pues no se encuentra en un mismo plano de nuestro cerebro que nuestras manos, nuestro lenguaje, nuestra capacidad de ver, imaginar y recordar, nuestra esencia y su actuación…  Existen zonas más profundas que otras; existe la esencia y también las sustancias adventicias y sus actuaciones y derivados… Existen personas que, a través de su existencia,  actualizan más de sus potencias que otras; por lo cual su ser (que es “algo que existe” es más perfecto que antes de actualizar esas potencias…  No tiene la misma importancia que un árbol pierda sus hojas a que muera su raíz…  Pues bien, esta  misma jerarquía, interna (en las realidades materiales) o íntima (en el orden personal), también se da con respecto al Universo; de lo contrario, sería caos y no cosmos (orden).  Los científicos al indagar por la talidad de cada realidad, descubren esas jerarquías e intentan ordenar elementos químicos y organismos, de acuerdo con ella… La realidad vale, posee valor  real, de suyo; pues valor es la real cualidad de perfección de ser de la realidad.

                Primera aclaración necesaria: No confundamos valor con utilidad.  Sucede que a menudo confundimos valor con  utilidad.  1) Útil es aquello que sirve para… algo, donde el algo para lo cual sirve es más importante que el medio; lo útil sólo es un medio para conseguirlo.  Este lápiz sirve para escribir, si no escribe y no le veo ninguna otra utilidad, lo desecho como inútil.  La utilidad es un sentido que otorgamos a las realidades que, por lo mismo, llamaremos objetos, cosas, medios o instrumentos, pasando a formar parte de nuestro mundos en cuanto realidades-utilizables (sentido real que damos al dinero, mesa, sillas, alimento, perro guardián, etc.  2)  A aquello que catalogamos como útil se contrapone lo inútil: O el televisor nos sirve como útil, para lo que lo queremos, o es un inútil que sólo estorba. Entonces, buscamos otro sentido de utilidad que podamos adjudicarle; lo vendemos como conjunto de piezas para reparar otros artefactos, le extraemos el cobre o lo tiramos a la basura.  3) Cada cual da diversa importancia a lo útil en la construcción de su mundo: hay personas que son pragmatistas (prágmata= cosa, útil) y todo lo reducen a esta categorización de útil e inútil; incluyendo a las personas.  4) Ser pragmatista no es lo mismo que ser práctico.  La persona práctica es quien trata de sacar el mayor provecho de lo utilizable: Así, luego de servirse un yogur ve la utilidad que puede dar al envase; lo recicla.  5) No es lo mismo usar o utilizar que abusar.  Abusa quien no cuida lo que usa o quien usa lo no usable; pues las realidades personales o personalizadas  por su dignidad (valor que les hace irreemplazables) son sólo amables (dignas de amor pero no usables); el servicio que otorga una madre a su hijo o un profesor a sus alumnos, son servicios o actos de amor, vocacionales, y no de utilidad.  6) Quien usa tiene el compromiso moral de cuidar lo usado: si usa un animal como cargador o como guardián debe darle cobijo y alimentación adecuados y no atentar contra su naturaleza; si usa la tierra para sembrar y cosechar, debe cultivarla, esto es, nutrirla, sacar las malezas.  Silla, casa, bus, escuela, libros hemos consensuado en darles una utilidad en beneficio del ser humano, por lo mismo son para ser usados; no para ser destruidos. 

                La utilidad no es una nota real, es un sentido Pero la realidad en cuanto real no es útil; es valiosa, posee valor, vale.  Valor es la real perfección de ser que posee una realidad de suyo. Una perfección de ser que no la otorgamos nosotros, sino que es real, pertenece a la realidad y se expresa como: verdad real, bien real, belleza real.  Es importante, entonces, no confundir valor con utilidad ni con valoración; pues esta última es la capacidad que tenemos de descubrir el valor real de la realidad.  Por supuesto, que no siempre lo logramos; pues llevados por las utilidades, no siempre consideramos el valor real de la realidad.  Obviamente, si nos dan a elegir entre un frasco lleno de pulgas o de oro, elegiremos…  ¿Alguna duda?   Otras veces, otorgamos un valor personal a la realidad (la personalizamos) y la consideramos no como realidad sino como “obra de arte, pieza de museo, recuerdo, símbolo”. Desgraciadamente, a veces, no queremos ver la realidad, nos auto- engañamos y pre-juzgamos la realidad, despreciándola o sobreestimándola, según nuestras emociones, vicios o deseos.

                Así, podemos asegurar que una pulga posee más valor que el oro y el matico, lo que se demuestra a través de la actuación de estas realidades (recuerden que la realidad actúa y esa acción nos permite conocerla). La pulga tiene la perfección que le otorga su estructura esencial viviente: se reproduce, desarrolla, tiene cierta independencia y dominio respecto del medio que le permite buscar su alimento,  huir, etc.  El oro, en cambio, tiene una estructura esencial menos perfecta, con lo cual no dispone de los atributos propios de las realidades vivientes: no se reproduce, no crece, no percibe, etc.  El matico es más perfecto que el oro, pues tiene las actuaciones propias de las realidades vivientes, como la pulga, pero su realidad –menos perfecta- le impide el movimiento local; por lo cual no puede huir ni trasladarse en busca de su alimento.  Un perro, comparado con una pulga tiene una mayor perfección de ser, lo que se expresa en una mayor independencia y dominio del medio, en una mayor posibilidad de respuestas, esto es, una mayor potencialidad existencial: tiene más percepción y respuestas a estímulos olfativos, auditivos, térmicos, gustativos, etc.

                En cuanto a nosotros, personas humanas, al no estar nuestra estructura esencial predeterminada por las estructuras orgánicas, tenemos una perfección tal que nuestro valor real nos dignifica: somos dignidades, señores, honorables... ¿Qué queremos decir con esto? Dignidad, del latín dignitas, significa Señor-a; Señorito-a, Honorable, aludiendo con ello a aquellas realidades que jamás deben ser consideradas como medio para… o parte de… pues su perfección les enseñorea sobre la realidad: toman conciencia de ella, la entienden, cultivan… Además, poseen una intimidad inaccesible, tanto para sus semejantes como realidades inferiores (sólo yo puedo pensar mis pensamientos, amar mis amor, sufrir mi dolor…; se trata de realidades únicas (no ha habido, no hay y no habrá otro como yo), irreemplazables y, dado el poder de su esencia, tienen la misión de velar por sí mismos (autonomía), por los demás (amar) y por toda otra creatura inferior, haciéndole responsables de sí y de las demás realidades; todo esto, sustentado en las potencialidades reales de independencia y de dominio sobre sí, sobre el Universo y en convivencia con las demás realidades personales.  Se llama apropiación o domesticación de la realidad a aquellas acciones mediante las cuales la persona asume el cuidado de una realidad, elevándola al rango de “realidad – sentido personal” Es lo que expresa Antoine de Saint-Exupery en El Principito, quien se preocupa por su rosa que pasa a ser única porque es la que él  riega y cuida de que el cordero no la coma: es “su rosa”.  Es el mismo sentido que damos a una obra de arte, pieza de museo, recuerdo, mascota… Nadie utilizaría la pintura La Gioconda para resguardarse de la lluvia; en la casa-museo de Gabriela Mistral está sobre su cama una blusa: no se permite que nadie las use pues ya no son “cosas”, medios, sino una forma de presencia personal (Volveremos sobre este tema en la UNIDAD II)  Sobre estos sentidos  reales, no hay ciencia, no hay verdad real, sino un sentido real- personal, biográfico, artístico, psicológico…

                Volvamos al valor real de la realidad.  La realidad vale, tiene una real perfección de ser que se hace presente como verdad, bien y belleza:

                Verdad es lo que realmente es la realidad de suyo.  Aquí no nos estamos refiriendo a la verdad o falsedad de mi pensamiento o decir; sino a la verdad real; la realidad verdadera. Luego podremos hablar de la verdad lógica o  verdad del pensamiento, de los conceptos, de nuestro decir; los que serán verdaderos si expresan la verdad real. Sin verdad real como fundamento, no tendría sentido hablar de la verdad de tu o mi entendimiento. Es la realidad la verdadera, la que realmente verdadea al hacerse presente en el UniversoQue nosotros queramos descubrir e inteligir o entender su verdad real, no está en la intención de árboles, mares, sistemas planetarios: ese es nuestro problema.  Somos nosotros, los seres humanos – y cada vez menos, los que por amor al Universo, queremos entenderlo, acoger su realidad verdadera, para cultivarlo y cultivarnos. (La palabra cultura viene de la palabra “cura” que significa cuidar, sanar, mejorar. Agricultura: cuidado, mejoramiento de la tierra y sus productos).  Por ello, muchos dan la espalda a la realidad verdadera, fundamento de toda verdad del pensamiento, para dominar a su arbitrio realidades y mundos, contando con que muchos no tienen ninguna intención de saber la verdad real.  Cuando el hombre hace uso de su poder por sobre la verdad real, por sobre la jerarquía y sólo se guía por conveniencias utilitarias, causa grandes daños ecológicos, sociales y morales.

                Esta verdad real, que es la realidad misma, se hace presente ante la realidad, en un juego de poderes reales-naturales, si hablamos de la naturaleza; poderes naturales- humanos, si hablamos de la interacción hombre-naturaleza; poderes naturales- humanos- sobrenaturales, si hablamos de la acción de Dios y otras realidades superiores a la realidad persona humana. (Hablamos de persona humana para diferenciarnos de otras realidades personales no humanas; por ejemplo: persona divina) Por supuesto, quien no acepta a Dios (con la palabra Dios aquí nos referimos sólo a un ser Creador, no hacemos referencia a ningún credo en especial, por lo cual puede llamársele Alá, Buda…etc.), no acepta la existencia de un ser superior, entonces, tampoco aceptará su actuación.  Sólo debemos tener presente que la realidad es o no es,  independientemente de lo que digamos sobre ella.   Ahora bien, toda realidad si es real, es (es algo que existe) y trasciende (actúa de acuerdo con su ser) sobre otra realidad también de suyo: estas actuaciones, por cuanto son la realidad verdadera, son actuaciones realmente verdaderas o verdades reales.  La realidad verdadea en el universo y ese es el bien real y la belleza real que hacen presente de suyo.
La realidad actúa, sobre sí y sobre lo demás, desde su belleza, bien y verdad reales 
                                 Cf.  http://www.youtube.com/watch?v=5uBSQOn1Sx8&feature=related
                Veamos una actuación natural-natural: el mar actúa constantemente sobre las rocas, producto de lo cual estas adquieren distintas formas y color, dependiendo de ambas interacciones.  Hoy se estudia el efecto de las eyecciones de masa coronal del sol sobre la tierra, como causantes de las auroras boreales y cortes de energía. Un gato actúa sobre una gata en celo y queda preñada, preservando la especie. El sol y el agua actúan sobre las plantas, las cuales se desarrollan y dan fruto.  En todos estos casos hay una actuación natural conforme a la verdad real que se hace presente sin más: ¿Por qué llamamos bien y belleza a la actuación de las eyecciones solares sobre la tierra, cuando nos causan problemas? Porque aquí no estamos hablando de conveniencias sino de la realidad sin más: la realidad actúa de acuerdo con lo que verdaderamente es y llamamos belleza a la presencia real, a la realidad en cuanto presente y esa belleza es el resplandor del ser real (la nada no es, no resplandece, no verdadea, no actúa): el mar se presencia con toda su fuerza, el sol, el gato, el VIH…  Tal vez nosotros somos causantes de la existencia de este último (dicen que el VIH fue creado artificialmente por el ser humano) pero la realidad VIH no tiene la responsabilidad de ser como es; tampoco el mar, el sol… No podemos pedirle a la pulga que sea bella como una golondrina; pues entonces no sería realidad-pulga. La belleza de la pulga es su presencia y bien real es lo que potencia y realiza la verdad real, lo que le permite su plenitud existencial, acorde su verdad real. En este caso, las extremidades de la pulga le permiten saltar cien veces el largo de su cuerpo, su hocico succionador le posibilita extraer el alimento que le permite existir… ese es el bien real de la pulga; su mal real sería que perdiera una de sus patas.  En el caso de estas realidades orgánicas: verdad, bien, belleza reales son de índole también orgánico.  

                ¿En el caso nuestro; cuál es la verdad, bien y belleza reales de suyo? La lluvia cae estimulando suelos, plantas, animales… el hombre interpone entre él y la lluvia el paraguas.  El mar nos distancia del otro continente, el hombre crea el barco, para atravesarlo o, más rápido, va en avión y por aire. Telescopios y microscopios permiten mirar más allá que cualquier ojo. Todas las realidades naturales –esencialmente, orgánicas e inorgánicas- actúan de acuerdo con su ser real.  Entonces, ¿qué realidad es el hombre, que actúa desde poderes que no están inscritos en su ser orgánico? ¿Por qué teniendo orgánicamente las mismas destrezas del sistema nervioso periférico y central,  el mismo estado evolutivo, Neruda, Parra y Huidobro, crean poemas de tan distinto estilo? ¿Por qué siendo gemelos, habiendo sido educados del mismo modo,  de acuerdo con las investigaciones realizadas, actúan en forma tan distinta? ¿Por qué el hombre busca la comodidad, debilitando las potencialidades orgánicas? Estufa, aire acondicionado, ropas térmicas, zapatos, cremas, sillas, cubiertos, cristalería… dan prueba de ello.  Por qué el ser humano toma conciencia de su ser y del ser de lo y los demás y se dedica a estudiarlos… Básica, Media, Técnicos, Ingenieros, licenciados, Magísteres, Doctorados, Post Doctorados…   Entre nosotros y actuación de la realidad ponemos distancia: decidimos si aceptar o  no sus estímulos, cómo aceptarlos o rechazarlos y para qué.  Tenemos hambre, allí está la comida; pero no… después de terminar esta labor o… no prefiero dársela a tal persona que la necesita más.  Tenemos 15 años, aún no llega la edad de trabajar, pero nos preguntamos cuál es nuestra vocación, de qué forma queremos servir a los demás y hacemos un proyecto de vida a diez o quince años: Decimos no a muchos estímulos del momento para poder decir sí a otros que tenemos la esperanza algún día sean realidad.   Creamos ritos, celebraciones, símbolos, emblemas, obras de arte… Todo ello actúa expresando la realidad verdadera, nuestra esencia actuante… Pero, podemos actuar en contra de ella y ser más bestia que cualquier animal: No somos perros en celo, no somos manada pero la noticia nos habla del grupo que violó a una niña de 12 años.  Ningún animal  viola, asesina, se droga, destruye; pues todas esas acciones son tales cuando requieren de premeditación, conciencia, voluntad, estrategia.  Toda actuación emana de… una pulga o un hombre y para existir como pulga;  es instintivo, está predeterminado en la naturaleza real… ¿Y nosotros, seres humanos? Nosotros tenemos que dar cuenta de una belleza de ser persona, de un bien moral… los que serán reflexión de la UNIDAD II  
Cf. http://www.youtube.com/watch?v=rn_YESPDATE&feature=fvsr

Somos personas; creados con una esencia del mismo valer;
 nos diferenciamos por la existencia que elegimos...