LOS ATRIBUTOS DE LA REALIDAD
AUTORA: LILIAN ARELLANO RODRÍGUEZ
Toda realidad, por el hecho
de ser real, posee tres atributos:
1.- La realidad es
2.- La realidad actúa
3.- La realidad vale
1.- LA REALIDAD ES
Toda realidad es.
¿Pero qué significa ser? Con la palabra ser aludimos a dos
dimensiones reales, propias de toda realidad, constitutivas de la misma: La
realidad es algo (oveja, pasto, yo, tú…) y este algo existe (oveja,
pasto, yo, tú… estamos siendo, existiendo). Probablemente, nos
encontremos con muchas realidades que no sabemos qué realidad son; pero lo que
sí es claro que sabemos que se trata de realidades que, por ser reales, son
“algos” -como decía el físico Francisco Claro- “algos” que existen, que están
siendo.
Profundicemos sobre el algo que la realidad es de suyo. Para ello,
imaginemos que estamos ante una oveja pastando…
Lo más importante del ser de una realidad es su esencia –la esencia de
la oveja es su estructura genética- la que cumplirá dos funciones
esenciales simultáneas: a) talidad y b) substantividad.
a) La talidad es el poder esencial que constituye la realidad como tal; su qué es, su identificación
como realidad-oveja y no-pasto, no-gato, no-yo, no-tú. La esencia es
la unidad básica estructural constitutiva de cada realidad, de
tal modo que sin ella, no sería tal realidad; es lo que necesita para ser tal:
la esencia no sólo es real sino que hace que esta realidad sea una realidad
oveja. La esencia no es algo de la oveja, es la oveja. La esencia, además
de constituir la realidad, es su base principial, esto es, es principio de
otras notas que posee tal realidad; notas que por emanar de la esencia, llamaremos
“notas constitutivas derivadas”. Con la palabra nota aludimos a
todo aquello que forma parte de una realidad; ya como parte, característica o
función. Así, de las notas esenciales de la oveja derivan- vía desarrollo-
todas las notas que dan lugar a la forma, topografía, ubicación, disposición,
relación y funcionamiento de sus órganos. Y aquí insistimos en no
confundir la realidad con la idea de ella; pues es claro que la esencia no es
una idea sobre la realidad, no es la idea de oveja, sino la oveja misma.
La idea de oveja no bala, no pasta, no da leche...
Ahora bien, la realidad es… es “algo”, principalmente, su esencia y notas
derivadas de la misma; pero no sólo esto es lo que “hay”, lo que pertenece a
una realidad como parte de ella. Pertenecen a la realidad, como parte de
ella, las notas que describen una situación o estado de la misma, sin llegar a
determinar su realidad tal. Así, nuestra oveja puede ser una oveja recién
gestada, recién nacida, cordero, morueco…, gorda, flaca, con vellón, esquilada;
pero su esencia es la misma: es la misma oveja. A estas notas no
esenciales sino situacionales, llamaremos notas adventicias. En el caso
nuestro, hay tantos cambios adventicios a lo largo de nuestra existencia que
cuesta reconocernos. Vemos la foto de cuando tenemos 1, 10, 15 años
(yo podría seguir 30 años…) y nos vemos tan distintos: son nuestras notas
adventicias pero, a través de ellas, en una zona más profunda somos nosotros,
los de siempre… más allá de cualquier estado y decimos: soy yo.
Einstein a
los 2 años (1.881), 14 años (1893), aproximadamente a los 25 años, a los
45 y finales de su vida en 1954. Esencialmente es el mismo; sus notas
adventicias, aunque conforman un todo con las notas esenciales y derivadas, no
determinan su talidad ni substantividad…
b) La substantividad
es la autonomía entitativa, propia de cada la realidad – de esta
realidad oveja- de tal forma que nuestra oveja es una realidad y no
parte de otra realidad. El corazón de la oveja, en cambio, no tiene
substantividad pues es una parte de ella, que cumple una función. Tampoco el
vellón, ni el color o grosor del vellón de esta oveja, poseen substantividad.
No confundamos, entonces, lo que es substantividad con lo que es sustancialidad
o capacidad de ser sustancia. Las sustancias no tienen autonomía entitativa
sino que forman parte de una realidad que sí la tiene. El pasto,
tiene una esencia que le hace ser pasto, le define como tal y le otorga este
carácter de ser una realidad tal y no parte de otra realidad; pero una vez
comido por la oveja, pierde su esencia; deja de ser pasto, pierde su
substantividad y pasa a ser una de las tantas sustancias que forman parte de la
oveja.
De lo anterior se deduce que debemos distinguir entre cambios substantivos y
cambios sustanciales. Esquilamos la oveja y esta sigue siendo oveja: no ha
perdido su esencia (no ha perdido su talidad ni substantividad), sólo ha
modificado su aspecto, sustancialmente. Sin embargo, lo que antes era parte de
ella (una sustancia que llamábamos vellón) ahora, al extraerla, adquiere
substantividad y llamamos lana.
Otro ejemplo:
Viene un puma y se come la oveja, provocando un cambio esencial-substantivo y
otro sustancial. Esencial por parte de la oveja que deja de ser
realidad-oveja; sustancial por parte del puma quien luego de comida la oveja,
pasa a tener más proteínas, triglicéridos, ácido úrico, glucosa, etc. La
pérdida de la esencia, para una realidad, implica un cambio radical –esencial-
un dejar de ser la realidad tal que era (perdió talidad y substantividad).
Dentro del organismo del puma es tan sólo sustancia, forma parte de la
realidad-puma. El puma al nutrirse de ratones, ratas, conejos, liebres,
ovejas, hace que estos pierdan su esencia y dejen der una realidad tal, para
pasar a ser parte de las miles de sustancias que él posee pero que tampoco lo
definen. El puma es una realidad compuesta de millones de
sustancias.
Un paréntesis de humor…
El pollito que no entiende
los cambios esenciales:
Así, nos encontramos en un Universo que está
sufriendo constantes transformaciones esenciales y no esenciales
(sustanciales). Un incendio en nuestros bosques sureños, por ejemplo,
provocará grandes transformaciones esenciales; numerosas realidades
dejarán de ser tales: araucaria, mañío, roble, ulmos, coihues, laureles,
canelo, guanaco, huemul, pudú, zorro, hurón, ñandú, reptiles,… etc., por la
acción del fuego sobre ellos, pierden sus respectivas substantividades
orgánicas, para degenerar en otras realidades (substantividades) de índole
inorgánico: monóxido o dióxido de carbono, metano, óxido nitroso… Esto
convierte la pregunta por la esencia en la pregunta por la existencia de
cada realidad -también de la nuestra- y se constituye, por lo mismo, en una
pregunta por el principio y final de cada existencia; pues, podemos asegurar:
mientras mi esencia sea tal, yo seré yo…
Mi esencia soy yo; tu esencia eres tú, más allá de cualquier
modificación sustancial que sólo caracterizaría estados, más o menos
prolongados; más o menos importantes. No cabe duda, estar más o menos
gordos o flacos, más o menos anémicos, tener el pelo más o menos largo, estar
más o menos corto de vista hace referencia a cambios sustanciales que tampoco
aparecen de la misma importancia ¿Qué prefieres, perder la vista o la movilidad
de piernas o la capacidad mental? ¿De qué dependerá la importancia de estos
estados? ¿Es este tipo de cambio sustancial orgánico el que más nos preocupa?
¿Nosotros, las personas humanas, sufrimos otro tipo de cambios que, aunque no
esenciales, son más importantes que las transformaciones orgánicas?
“¡Cuán cambiado estas…!”, decimos a quien antes, reconocido por su irresponsabilidad,
desidia, ahora aparece todo lo contrario. En otras ocasiones escuchamos a
alguien exclamar: “Tengo que superar esta pena que me consume” o “No podía
descubrir mi vocación, ahora sí; estoy feliz”, “¡Me enamoré; me
desenamoré!” Somos una realidad compleja; tanto, que la discusión sobre
cuál es nuestra esencia persiste por siglos… ¿Nuestra esencia- que nos hacer
ser tales y otorga substantividad, es la estructura del gen humano o es de
índole espiritual? ¿Somos cuerpo o tenemos cuerpo? ¿En otras palabras, dado que
con la muerte mi cuerpo sufre una transformación esencial, dejo de ser yo? O
¿mi esencia es espiritual, por lo tanto la muerte no nos afecta esencialmente
(ni nuestra talidad, ni substantividad) sino que sólo afecta un cambio de estado,
de situación, por lo que podemos asegurar que, más allá de esta vida, seguimos
existiendo? Todas estas preguntas, forman parte de las interrogantes de
una antropología y axiología, a tratar en la UNIDAD II: Antropología y
Axiología de la Educación.
Hasta aquí, hemos aclarado que la realidad es algo, principalmente su
esencia, principio de otras notas que llamamos constitutivas derivadas.
Además, configuran el algo de la realidad, las llamadas notas adventicias que
no determinan su ser esencial, sino un estado o situación… Dejemos el “es algo”
hasta aquí, para ir al “es algo existiendo”, intentando conceptualizar
(hacernos una idea) el existir: No sólo debemos ser (alguien) personas sino
existir como tales. (Se usa el algo para las realidades no personales y el
alguien para las realidades personales.)
La realidad es algo (alguien) que existe: La realidad es oveja,
cobre, persona,… Pues bien, la realidad no tiene problemas esenciales, pues
cada realidad se encuentra siendo esencialmente lo que es -
oveja, cobre, persona y no por propio esfuerzo. La esencia no es
problema, en cuanto ninguna realidad se dio a sí misma la esencia: la uva se
encontró siendo uva, el perro se encontró siendo perro y nosotros nos
encontramos siendo cada uno una realidad-persona. Sí, la esencia nos
es dada esencialmente en acto; pero lo que somos debemos seguir
existiéndolo, en un juego (interacción con las demás realidades y con el
todo que es el universo; por lo demás, la esencia es lo principal y sustento de
toda realidad; pero no sólo somos esencia. La esencia es lo que realmente nos
constituye como tales; pero también poseemos las notas adicionales que tienen
sus propias potencialidades y no siempre las existimos a favor de quien somos;
sino en contra de nuestro propio ser esencial… Así, siendo personas, actuamos
“como si” fuésemos animales… No tenemos poder sobre nuestra esencia, por lo
cual mientras existamos seremos personas; sólo que “inhumanos”. Sólo el ser
humano puede existir en forma inhumana; no podemos llamarle inhumano al puma
que se come al cordero. Existir, saber existir, es problemático; es el
problema de ser el que se es y se debe ser; más aún cuando es evidente que nos
encontramos entre las realidades que tienen y causan mayores problemas
existenciales.
Pues bien, hay existencias más o menos complicadas, dependiendo de si esas existencias
están más o menos predeterminadas por su esencia y por la acción de otras
realidades: El peral, por ejemplo, es peral, tiene esencia de peral y
su existencia consiste es su desarrollo natural, espontáneo -no
voluntario ni intencional- predeterminado por su esencia orgánica y en
juego con factores externos, ambientales... Los mayores problemas que
puede tener su existencia es de desarrollo orgánico y esos problemas no
dependen de su intención o voluntad; sus problemas no son producto de un error
de opción, sino que emanan de la acción de fuerzas provenientes de otras
realidades como las inclemencias climáticas, plagas o el ser humano que decide
derribarlo o quemarlo, terminando incluso con su esencia y existencia
tal. Es evidente que es la realidad –humana, tal como dijimos, quien no
sólo tiene mayores problemas existenciales sino quien también los causa:
contamina aires, aguas y suelos, extermina especies, siembra sin preocuparse
del equilibrio ecológico, consume nicotina, alcohol y todo tipo de drogas que
sabe le dañan; unos pocos ocupan grandes extensiones para vivir e inventamos y
usamos medios no naturales para existir -el avión para volar más alto y rápido
que cualquier ave, el vehículo para correr más veloz que el lince, el teléfono
para interconectarse en forma inmediata, superando tiempos y distancias,
máquinas para derribar montañas y acortar caminos, fabricamos olores artificiales,
microscopios, observadores satelitales, calendarios y horarios, dinero,
aparatos para hacer fuego a voluntad… etc. A diferencia de las otras
realidades, orgánicas o inorgánicas, nuestra existencia es abierta, esto es, no
determinada, libre: debemos optar constantemente qué hacer, con nosotros y con
lo y los demás. Debido a ello, nuestra existencia se nos complica;
debemos optar cómo existir y podemos errar, pues nuestras posibilidades son
múltiples y de nosotros dependen que sean más. Esta opción en la
forma de existir, es tal, que trasciende (va más allá, supera) cualquier límite
natural; tanto positiva como negativamente. Alguien inventa la bomba
atómica y alguien da la orden de activarla… otros nacen con discapacidades y
hacen los que otros con más potencialidades naturales no realizan. Sí, no
sólo somos los mayores creadores de problemas sino los mayores solucionadores.
Pues bien, la existencia al no ser dada hecha, es otorgada en gran parte en potencia.
Tenemos entonces, que existen dos formas de existir: Existencia en potencia
y existencia en acto. La potencia es una forma de existencia;
tal como lo dice la palabra, es la existencia como fuerza, poder, capacidad,
posibilidad. En el ser humano recién gestado está en potencia el caminar,
bailar, jugar, reír, escribir un poema, descubrir una galaxia, salvar o
destruir a gran parte de la humanidad… La existencia en potencia es real,
no la confundamos con la no existencia que no es real, no es algo, no
existe. En un gato, por ejemplo, no está en potencia ser un gran
pianista, por eso nunca encontraremos a un gato amargado porque no puede realizarse
componiendo música; sí encontraremos personas que luchan por estudiar para ser
el gran pianista, pues, realmente ya lo son; sólo que lo existen
en potencia. En potencia somos grandes personas, porque nuestra esencia
lo es; pero hay que descubrir y realizar esas potencias; existirlas en acto
(actualizarlas) cuando aún es tiempo, pues muchas de esas potencialidades están
condicionadas por notas adventicias de nuestra realidad: a los 60 años es
demasiado tarde para actualizar recién las potencialidades que nos habrían
permitido ser grandes bailarines clásicos. Por otra parte, actualizar
ciertas potencialidades, puede implicar la disminución de otras: quien se
dedica a ejercitar boxeo, debilitará la motricidad fina que se requiere
para ser un gran joyero o médico cirujano.
En el caso de las realidades inorgánicas, hay una serie de potencialidades que
se van activando (actualizando), dependiendo de las acciones de una realidad
sobre otra. Por ejemplo, el metal plomo, tiene en potencia una gran elasticidad
que se actualiza, dependiendo de las temperaturas del ambiente que, entonces,
distiende o extiende sus átomos. Igualmente los organismos – vegetales,
fungis, bacterias, animales- tal como hemos dicho, tienen una serie de potencialidades
orgánicas, naturales. En la semilla de ciruelo está su ser entero, sólo
que en potencia actualizándose: sus raíces, tronco, ramas, flor, fruto… sus
procesos alimenticios, con todas las potencialidades y actualizaciones
constantes en juego; las potencialidades para captar sus nutrientes,
transformarlo, distribuirlos a todas las células y eliminar las sustancias de
desecho; las potencialidades para dirigir sus hojas hacia el sol o las raíces
hacia la tierra y el tallo hacia las alturas, las posibilidades de cerrar y
abrir sus flores; sus potencialidades reproductivas… Toda esta
existencia orgánica predeterminada por su esencia orgánica que encierra en sí
estas notas derivadas que se van actualizando en el juego con el ambiente; pero
en forma no intencional… Dejemos hasta aquí este tema de gran importancia
para entender la educación, para tratarlo más adelante. Sólo digamos que
minerales, vegetales y animales son inocentes… usted y yo: no. Somos
responsables de lo que decidimos hacer y no hacer; de nuestros cometidos y de
nuestras omisiones y sus consecuencias. Vamos a otro de los
atributos de la realidad. La realidad actúa… Pero antes, un esquema para que
tengan presente la estructura de la realidad, de acuerdo con sus atributos…
2.- LA REALIDAD ACTÚA
La actuación es un atributo de la realidad; por lo tanto, toda realidad
actúa: Si Dios, tú, yo, sistemas solares no conocidos, etc. son reales, actúan,
independientemente del conocimiento que tengamos de ellos. Aquí recurro a
Zubiri, quien expresa: “Es realidad todo y sólo aquello que actúa sobre
las demás cosas o sobre sí mismo en virtud, formalmente, de las notas que
posee” (Sobre la esencia. Ed. Soc. de Estudios y Publicaciones, Madrid 1962,
pág. 104). Reflexionemos a partir de estas palabras:
Lo primero que
debemos decir es que la realidad actúa “formalmente” en virtud de
las notas que posee: Al decir formalmente, Zubiri se refiere a que la realidad
actúa en cuanto realidad…; esto es, no en cuanto el sentido que nosotros le
demos, sino en virtud de las notas reales que de suyo posee. Ejemplo:
Durante un sismo, desde una estantería caen porta vasos de cuarzo y
corcho -de la misma forma, tamaño y altura- sobre las cabezas de las personas
que allí se encuentran… La actuación de estas realidades que caen, será
diferente, de acuerdo con las notas reales que los constituyen como una
realidad de suyo corcho y cuarzo y no de acuerdo con el sentido de porta vasos
que les hemos adjudicado. Así, el fuego actuará de la misma manera sobre los
billetes, tengan para nosotros el sentido de mil o veinte mil pesos: se trata
de la actuación de las notas reales del fuego y de la celulosa. La puerta
de hierro se oxida, no porque sea puerta sino porque es hierro y el agua actúa
sobre él provocando su oxidación. Llamemos –nosotros- a esta actuación de la
realidad “actuación real”.
Lo segundo que debemos tener presente es esta doble actuación de la
realidad: sobre sí y sobre lo demás: En una molécula de agua hay una
serie de actuaciones internas entre los átomos de Hidrógeno y el átomo de
Oxígeno; fuerzas de atracción mantienen esa cohesión que da lugar a la molécula
de agua. El agua, a su vez, actúa disolviendo sales, azúcares, proteínas…
Al mismo tiempo, sobre ella actúa la temperatura la que, en casos extremos, la
solidifica o evapora, dando lugar a diversos estados pero sin perder su
esencia. La actuación del agua sobre los organismos vivientes es
importantísima, posibilitando la replicación de ADN, actuando en el
metabolismo, en la fotosíntesis, la respiración celular, etc.
Fuerzas gravitacionales, electromagnéticas, nucleares,
radiaciones; mezclas, fusiones, ente otras, forman parte del universo
interactuante de las realidades materiales que estudian biólogos, químicos,
físicos y astrónomos. Ahora bien, mientras más ascendemos en la
complejidad de las realidades que conforman nuestro Universo, más complejo se
vuelve este universo interactivo. Así, si consideramos las realidades
vivientes, surge la actuación propia de las notas de las realidades
orgánicas. Reproducción, desarrollo, crecimiento, nutrición,
sensaciones, reflejo…. La lombriz de tierra, por ejemplo, remueve la tierra,
ingiriendo partículas de suelo y digiriendo los restos orgánicos; para
alimentarse, arrastra hojas al interior de la tierra… Con su actuación forma
especies de túneles subterráneos que remueven, airean y enriquecen el suelo,
provocando el ascenso del fósforo y potasio que se encontraban en el subsuelo y
expulsando sus propios desechos nitrogenados... Con el paso del tiempo,
propio de todo ser viviente es la degeneración y pérdida de su
substantividad para transformarse en realidades más o menos simples: moléculas
pequeñas, grasas y ceras, polisacáridos, sustancias húmicas, enzimas y la
biomasa de microorganismos de origen vegetal y animal…
Estimados alumnos: La idea no es que para
entender lo que es la realidad de suyo, tengan que de inmediato profundizar sus
conocimientos de química, física, biología, química orgánica, biofísica,
física cuántica, astrofísica, etc. La finalidad del tratamiento ontológico que
estamos haciendo de la realidad es tener presente que: 1º El
filosofar no es un juego de elucubraciones o palabras bonitas, lejanas a la
realidad: Eso es demagogia, opiniología o charlatanería. 2º La realidad,
cada realidad y el todo real – el Universo- es complejo, actuante; pleno de
transformaciones. 3º El científico, por amor al Universo, se dedica a su
descubrimiento, distinguiendo lo esencial de lo no esencial, las actuaciones y
sus consecuencias interactivas… 4º El sabio sabe cuánto no sabe y, por lo
mismo, es siempre humilde; no se envanece y disfruta del camino del
descubrimiento. 5º Mientras más avanzamos en el descubrimiento de la
realidad, mayor es nuestra conciencia sobre la complejidad del Universo y de
cada realidad; sobre todo, de la nuestra. Percibimos un Universo
infinito, lleno de misterios. Entonces, admiramos la inmensidad de
ese Universo micro y macroscópico, nos asombramos y, sobrecogidos, agradecemos
nuestra existencia, en el centro de la inmensidad… 6º Disfruten el ser
universitario y ser estudiante, no todos tienen la vocación o no todos los que
la tienen, han podido darse la oportunidad de realizarse como tal… 7º
Sigamos con la realidad y su actuar…
La realidad actúa, sobre lo demás y sobre sí misma. La actuación de la
esencia da lugar a notas derivadas. A modo de ejemplo, destaquemos
la actuación de la célula genética –morfogénesis- que a través del
desarrollo da lugar a la forma de un organismo completo. En el caso de
los organismos pluricelulares, esto conlleva a una serie de actuaciones
derivadas esenciales de partición, diferenciación y crecimiento celular,
organogénesis… Producto de esta actuación, en los animales superiores,
aparece un sistema nervioso que actúa respondiendo a la realidad en cuanto
estimúlica. Mientras más perfecto es este sistema, la realidad orgánica
tendrá más posibilidades de recepción estimúlica y respuesta; lo que le
permitirá un mayor poder y dominio sobre el medio. Así, si pinchamos una
babosa, ésta arrancará; pero si la llamo o pongo música, le enciendo la luz, no
tendrá reacción alguna. Si pinchamos un gato o perro, le ponemos música,
llamamos o encendemos la luz, ellos sí reaccionarán ante esos estímulos; ya
alejándose, ya acercándose, arañando, mordiendo o jugando.
Ahora bien ¿Si la realidad actúa sobre sí y lo demás, en virtud de las notas
reales que posee, qué acontece con la actuación de nuestra realidad “persona
humana”? Ante esta pregunta tendremos dos respuestas esencialmente distintas.
Para quienes afirman que nuestra esencia es de índole orgánica, la complejidad
y mayor posibilidad de respuestas a estímulos, vendrá dada (al igual que en los
animales) por nuestro desarrollo ontogenético (desarrollo de cada uno), lo que
se expresará en un sistema nervioso más perfecto que da lugar a un cerebro
hiperformalizado, esto es, capaz de realizar análisis y relaciones más
complejas que las que desarrolla cualquier otro animal. Así, comparados con el
mono o el delfín, nuestra gama de estímulos y respuestas a los mismos será
mayor que la de ellos. De acuerdo con esta afirmación: Somos un animal más de
la escala zoológica. ¿Pero nuestra esencia es orgánica? Si una
realidad es esencialmente orgánica, su actuación deberá ser de la misma índole
y calidad que las notas reales de las que procede: De hecho, los biólogos saben
que cualquier cambio en la actuación de un ser viviente es causado por la
acción del ambiente y la necesidad de adaptación a éste, lo que implicará un
cambio orgánico, su emigración o extinción. Así, cada especie animal actúa en
un juego de adaptación natural organismo – ambiente, esto es, naturaleza-
naturaleza; sin artificios que intermedien: sin estufas o ventiladores, sin
cemento, aceros, cableados o conservadores de alimento…
Realidad personal – Realidad animal… La
realidad actúa de acuerdo con las notas reales que posee…
¿Nosotros? He aquí la otra respuesta: La realidad persona humana –yo, tú-
tiene, posee un cuerpo que al igual que todo organismo viviente reacciona a
estímulos y nuestro cerebro (ya lo dijimos) nos permite una serie de análisis
pero… no tenemos la mejor capacidad auditiva, ni visual, ni olfativa, ni
kinestésica, ni fuerza…. Sin embargo, creamos el teléfono, estetoscopio,
telescopio, microscopio, scanner, automóvil, submarinos, satélites… Creamos
insulina artificial, se experimenta en la fusión nuclear, se intenta
desentrañar el origen de la realidad materia desde la “materia invisible”,
creando un espectacular laboratorio y su máquina Gran Colisionador de Hadrones;
llamada por algunos la máquina de Dios… También hacemos poemas, sentimos la vocación
de educar, amamos, danzamos, rezamos, tenemos símbolos… Teniendo nuestros
cuerpos la misma naturaleza orgánica, damos respuestas tan diversas, que no
tenemos idea de quién vive tras una casa.
Nuestra realidad humana corta con la naturaleza… Sí, le estimula lo estimúlico
pero a diferencia del animal, nosotros inteligimos el estímulo, lo aprehendemos
como realidad; es decir, somos conscientes de que no sólo siento ese olor a
rosas sino que las rosas son reales; es más, primero sé que son reales y luego
me pregunto qué realidad es, cómo es, qué sentido puedo darle en mi existencia…
y elijo qué hacer ante ella: ¿Me dedico a estudiarla? ¿Cómo biólogo, botánico o
como agricultor? ¿Me dedico a comercializarla? ¿La manipulo genéticamente para
obtener rosas azules o simplemente las tiño? ¿La regalo como muestra de afecto?
¿La uso como inspiración para un cuadro, que pinto con óleo, acuarela o
carboncillo? Las opciones son muchas… debo decidir cómo actuar. En
cada segundo debo decidir qué hacer de mi existencia... Mis actuaciones
no responden a mis capacidades orgánicas; es más, muchas veces atentan contra
ellas: fumo, bebo alcohol, fabrico alimentos con altos grados de triglicéridos,
invento bombas atómicas y bacteriológicas… ¿Qué realidad somos? ¿Cómo
explicar todas las contradicciones de nuestros actos? ¿Por qué y para qué
tenemos todas estas potencialidades que no tiene ninguna otra realidad orgánica
o inorgánica; por qué y para qué somos conscientes de la realidad, de la vida y
de la muerte?
Una esencia no
material – espíritu o “algo”- actúa sobre nuestro organismo y le pide que
dance, estudie, haga deporte, supere las discapacidades orgánicas,
cultive la naturaleza, ame, entienda, cree… Pero toda realidad actúa y el
cuerpo es real y actúa sobre el organismo y le pide descanso, comer,
placer. De la actuación del espíritu sobre el cuerpo y de éste sobre el
espíritu, emerge la actuación poética o la destructiva, el beso de ternura, el
beso de pasión y el beso de la traición, el abrazo protector y el acto
violador, la responsabilidad ante nuestros actos y sus consecuencias o la
evasión y la mentira irresponsables…
Si nuestra esencia es
de índole espiritual, el cuerpo es una nota adventicia orgánica: Estamos
incorporados, tenemos cuerpo pero no somos cuerpo; no somos animales sino
personas. Estamos incorporados; hoy, aquí… Mañana… un misterio. Pero hoy,
el espíritu que somos actúa sobre nuestro cuerpo y lo espiritualiza; entonces
ya no actúa como cuerpo sino como corporalidad… El cuerpo que tenemos
actúa sobre el espíritu que somos y lo corporaliza; entonces actúa como
alma… Es lo que llamamos combinación funcional, esto es, una interacción
entre realidades diversas, de las cuales emanan notas que no son propias ni de
una ni de otra, sino de la combinación. Si fuéramos sólo espíritu no
necesitaríamos una mesa y sillas para sentarnos y conversar en familia o con
los amigos; si fuéramos sólo cuerpo, tampoco las necesitaríamos, pues nos
echaríamos y no para conversar con la familia o los amigos. Existencia
compleja; libertad que por ser tal debe ser responsable y prudente; pues
corremos el riego de la decisión errada. Si nuestra esencia es de índole
espiritual, nuestra talidad y substantividad trascienden la naturaleza;
entonces, ni la gestación, ni la muerte del cuerpo, nos afecta… Nuestro origen
esencial y nuestro destino son un misterio, cuya respuesta está más allá de lo
visible, más allá del laboratorio… Mientras mi esencia exista, yo existo…
La vida es tan sólo una forma de existencia a la cual se opone la muerte; pero
el plomo existe y no es una realidad viviente….
Si somos de índole espiritual en estado incorporado, esta es una etapa de
nuestra existencia que trasciende la vida y la muerte. Si nuestra esencia es un
gen en desarrollo y nada más, nuestra talidad y substantividad existen en un
tránsito del útero al sepulcro.
Otra explicación necesaria: La realidad actúa y actúa de acuerdo a lo que
formalmente es… pero si la realidad actúa es porque “ya” es
real: Si el manzano se nutre es porque ya es real, si el perro olfatea es
porque ya es perro. No podría olfatear si antes no es perro… Toda acción se
sustenta, emerge de una realidad; la acción por sí misma no tiene
substantividad, siempre es la acción de… Por ello, la actuación de una realidad
es real pero le pertenece a ella, vinculándola con el Universo, haciéndola
presente en toda su integridad real… (Es problema nuestro si no logramos
captarla en toda su integridad). Entonces, se deduce de lo expuesto que
no es la actuación la que hace que la realidad sea real; sino inversamente:
“porque la realidad ya es real, actúa”…. Amamos, nos educamos, pensamos, sentimos,
tememos…. Pero todo ello es posible porque ya somos la realidad que
somos. De repente escuchamos que alguien dice “Edúcate para que seas
persona”. Es al revés: Porque eres persona, edúcate, ama… Somos
personas amantes, sabias, educables… Lo somos por la actuación de la esencia
pero tenemos que existir nuestra esencia y ello implica actualizar una serie de
potencialidades que derivan de la combinación funcional. La actuación de
la realidad sobre ella y sobre los demás, nos permite conocerla, saber de su
existencia: pero –insisto- no es el saber de ella lo que la hace real.
Por último, y como una complejidad más nuestra: Dijimos que la realidad actúa
sobre sí y sobre lo demás, formalmente, en cuanto realidad y no en cuanto el
sentido que convenimos en darle. Efectivamente es así; pero nosotros
“personalizamos la realidad” y a una misma realidad le damos el sentido de
anillo de compromiso, objeto de comercialización o recuerdo y actuamos conforme
ese sentido que le dimos. Es más, ideamos fantasías y lloramos porque, en
ellas, la niña mató al buen dragón que había criado pero que después de no ver
por un tiempo, ya crecido, no reconoció… Actuamos otorgando un sentido a la
realidad, a veces sólo personal e íntimo; otras, comunicado y consensuado por
todos o la mayoría. Si desaparecieran todos los seres humanos de la faz
de la tierra, sólo quedarían las realidades actuando como tales: Sólo
somos nosotros quienes necesitamos e ideamos sentidos ante los cuales
reaccionamos y a los cuales, fuera del laboratorio o de la reflexión filosófica
y científica, damos más importancia que a la realidad misma, pues la
simbolizan, invocan... Entonces el ser humano, prefiere morir a arriar la
bandera, acusa de sacrilegio a quien pisotea la cruz y guarda, como mayor
tesoro, su baúl de recuerdos.
Nuestras actuaciones dan lugar a obras (realidades con sentido socio cultural):
esculturas, templos, hospitales, leyes, tribunales, bombas, música, ropa,
empresa, jardines, películas, juguetes, libros, dinero; organizaciones
sociales, militares, religiosas, laborales, educacionales… Compleja
existencia que requiere de la educación; precisamente porque nuestra respuesta
no está predeterminada por nuestra organicidad
3.- LA REALIDAD VALE.
La realidad es doblemente jerárquica, en sí y respecto las otras
realidades. En sí, pues no se encuentra en un mismo plano de nuestro
cerebro que nuestras manos, nuestro lenguaje, nuestra capacidad de ver,
imaginar y recordar, nuestra esencia y su actuación… Existen zonas más
profundas que otras; existe la esencia y también las sustancias adventicias y
sus actuaciones y derivados… Existen personas que, a través de su
existencia, actualizan más de sus potencias que otras; por lo cual su ser
(que es “algo que existe” es más perfecto que antes de actualizar esas
potencias… No tiene la misma importancia que un árbol pierda sus hojas a
que muera su raíz… Pues bien, esta misma jerarquía, interna (en las
realidades materiales) o íntima (en el orden personal), también se da con
respecto al Universo; de lo contrario, sería caos y no cosmos (orden).
Los científicos al indagar por la talidad de cada realidad, descubren esas
jerarquías e intentan ordenar elementos químicos y organismos, de acuerdo con
ella… La realidad vale, posee valor real, de suyo; pues valor
es la real cualidad de perfección de ser de la realidad.
Primera aclaración necesaria: No confundamos valor con utilidad. Sucede
que a menudo confundimos valor con utilidad. 1) Útil es aquello que
sirve para… algo, donde el algo para lo cual sirve es más importante que
el medio; lo útil sólo es un medio para conseguirlo. Este lápiz sirve
para escribir, si no escribe y no le veo ninguna otra utilidad, lo desecho como
inútil. La utilidad es un sentido que otorgamos a las realidades que, por
lo mismo, llamaremos objetos, cosas, medios o instrumentos, pasando a formar
parte de nuestro mundos en cuanto realidades-utilizables (sentido real que
damos al dinero, mesa, sillas, alimento, perro guardián, etc. 2) A
aquello que catalogamos como útil se contrapone lo inútil: O el televisor nos
sirve como útil, para lo que lo queremos, o es un inútil que sólo estorba.
Entonces, buscamos otro sentido de utilidad que podamos adjudicarle; lo
vendemos como conjunto de piezas para reparar otros artefactos, le extraemos el
cobre o lo tiramos a la basura. 3) Cada cual da diversa importancia a lo
útil en la construcción de su mundo: hay personas que son pragmatistas
(prágmata= cosa, útil) y todo lo reducen a esta categorización de útil e
inútil; incluyendo a las personas. 4) Ser pragmatista no es lo
mismo que ser práctico. La persona práctica es quien trata de
sacar el mayor provecho de lo utilizable: Así, luego de servirse un yogur ve la
utilidad que puede dar al envase; lo recicla. 5) No es lo mismo usar
o utilizar que abusar. Abusa quien no cuida lo que usa o quien usa
lo no usable; pues las realidades personales o personalizadas por su
dignidad (valor que les hace irreemplazables) son sólo amables (dignas de amor
pero no usables); el servicio que otorga una madre a su hijo o un profesor a
sus alumnos, son servicios o actos de amor, vocacionales, y no de utilidad.
6) Quien usa tiene el compromiso moral de cuidar lo usado: si usa un
animal como cargador o como guardián debe darle cobijo y alimentación adecuados
y no atentar contra su naturaleza; si usa la tierra para sembrar y cosechar,
debe cultivarla, esto es, nutrirla, sacar las malezas. Silla, casa, bus,
escuela, libros hemos consensuado en darles una utilidad en beneficio del ser
humano, por lo mismo son para ser usados; no para ser destruidos.
La utilidad no es una nota real, es un sentido Pero la realidad en cuanto real
no es útil; es valiosa, posee valor, vale. Valor es la real perfección
de ser que posee una realidad de suyo. Una perfección de ser que no la
otorgamos nosotros, sino que es real, pertenece a la realidad y se expresa
como: verdad real, bien real, belleza real. Es importante,
entonces, no confundir valor con utilidad ni con valoración; pues esta
última es la capacidad que tenemos de descubrir el valor real de la
realidad. Por supuesto, que no siempre lo logramos; pues llevados por las
utilidades, no siempre consideramos el valor real de la realidad.
Obviamente, si nos dan a elegir entre un frasco lleno de pulgas o de oro,
elegiremos… ¿Alguna duda? Otras veces, otorgamos un valor
personal a la realidad (la personalizamos) y la consideramos no como realidad
sino como “obra de arte, pieza de museo, recuerdo, símbolo”. Desgraciadamente,
a veces, no queremos ver la realidad, nos auto- engañamos y pre-juzgamos la
realidad, despreciándola o sobreestimándola, según nuestras emociones, vicios o
deseos.
Así, podemos asegurar que una pulga posee más valor que el oro y el matico, lo
que se demuestra a través de la actuación de estas realidades (recuerden que la
realidad actúa y esa acción nos permite conocerla). La pulga tiene la
perfección que le otorga su estructura esencial viviente: se reproduce,
desarrolla, tiene cierta independencia y dominio respecto del medio que le
permite buscar su alimento, huir, etc. El oro, en cambio, tiene una
estructura esencial menos perfecta, con lo cual no dispone de los atributos
propios de las realidades vivientes: no se reproduce, no crece, no percibe,
etc. El matico es más perfecto que el oro, pues tiene las actuaciones
propias de las realidades vivientes, como la pulga, pero su realidad –menos
perfecta- le impide el movimiento local; por lo cual no puede huir ni
trasladarse en busca de su alimento. Un perro, comparado con una pulga
tiene una mayor perfección de ser, lo que se expresa en una mayor independencia
y dominio del medio, en una mayor posibilidad de respuestas, esto es, una mayor
potencialidad existencial: tiene más percepción y respuestas a estímulos
olfativos, auditivos, térmicos, gustativos, etc.
En cuanto a nosotros, personas humanas, al no estar nuestra estructura esencial
predeterminada por las estructuras orgánicas, tenemos una perfección tal que
nuestro valor real nos dignifica: somos dignidades, señores, honorables...
¿Qué queremos decir con esto? Dignidad, del latín dignitas, significa Señor-a;
Señorito-a, Honorable, aludiendo con ello a aquellas realidades que jamás deben
ser consideradas como medio para… o parte de… pues su perfección
les enseñorea sobre la realidad: toman conciencia de ella, la entienden,
cultivan… Además, poseen una intimidad inaccesible, tanto para sus semejantes
como realidades inferiores (sólo yo puedo pensar mis pensamientos, amar mis
amor, sufrir mi dolor…; se trata de realidades únicas (no ha habido, no hay y
no habrá otro como yo), irreemplazables y, dado el poder de su esencia, tienen
la misión de velar por sí mismos (autonomía), por los demás (amar) y por toda
otra creatura inferior, haciéndole responsables de sí y de las demás
realidades; todo esto, sustentado en las potencialidades reales de
independencia y de dominio sobre sí, sobre el Universo y en convivencia con las
demás realidades personales. Se llama apropiación o domesticación de la
realidad a aquellas acciones mediante las cuales la persona asume el cuidado de
una realidad, elevándola al rango de “realidad – sentido personal” Es lo
que expresa Antoine de Saint-Exupery en El Principito, quien se preocupa por su
rosa que pasa a ser única porque es la que él riega y cuida de que el
cordero no la coma: es “su rosa”. Es el mismo sentido que damos a una
obra de arte, pieza de museo, recuerdo, mascota… Nadie utilizaría la pintura La
Gioconda para resguardarse de la lluvia; en la casa-museo de Gabriela Mistral
está sobre su cama una blusa: no se permite que nadie las use pues ya no son
“cosas”, medios, sino una forma de presencia personal (Volveremos sobre este
tema en la UNIDAD II) Sobre estos sentidos reales, no hay ciencia,
no hay verdad real, sino un sentido real- personal, biográfico,
artístico, psicológico…
Volvamos al valor real de la realidad. La realidad vale, tiene una real
perfección de ser que se hace presente como verdad, bien y belleza:
Verdad es lo que realmente es la realidad de suyo. Aquí
no nos estamos refiriendo a la verdad o falsedad de mi pensamiento o decir;
sino a la verdad real; la realidad verdadera. Luego podremos
hablar de la verdad lógica o verdad del pensamiento, de los
conceptos, de nuestro decir; los que serán verdaderos si expresan la verdad
real. Sin verdad real como fundamento, no tendría sentido hablar de
la verdad de tu o mi entendimiento. Es la realidad la verdadera, la que
realmente verdadea al hacerse presente en el Universo. Que
nosotros queramos descubrir e inteligir o entender su verdad real, no
está en la intención de árboles, mares, sistemas planetarios: ese es nuestro
problema. Somos nosotros, los seres humanos – y cada vez menos, los que
por amor al Universo, queremos entenderlo, acoger su realidad verdadera, para
cultivarlo y cultivarnos. (La palabra cultura viene de la palabra “cura” que
significa cuidar, sanar, mejorar. Agricultura: cuidado, mejoramiento de la
tierra y sus productos). Por ello, muchos dan la espalda a la realidad
verdadera, fundamento de toda verdad del pensamiento, para dominar a su
arbitrio realidades y mundos, contando con que muchos no tienen ninguna
intención de saber la verdad real. Cuando el hombre hace uso de su poder
por sobre la verdad real, por sobre la jerarquía y sólo se guía por
conveniencias utilitarias, causa grandes daños ecológicos, sociales y morales.
Esta verdad real, que es la realidad misma, se hace presente ante la realidad,
en un juego de poderes reales-naturales, si hablamos de la naturaleza; poderes
naturales- humanos, si hablamos de la interacción hombre-naturaleza; poderes
naturales- humanos- sobrenaturales, si hablamos de la acción de Dios y
otras realidades superiores a la realidad persona humana. (Hablamos de persona
humana para diferenciarnos de otras realidades personales no humanas; por
ejemplo: persona divina) Por supuesto, quien no acepta a Dios (con la palabra
Dios aquí nos referimos sólo a un ser Creador, no hacemos referencia a ningún
credo en especial, por lo cual puede llamársele Alá, Buda…etc.), no acepta la
existencia de un ser superior, entonces, tampoco aceptará su actuación.
Sólo debemos tener presente que la realidad es o no es,
independientemente de lo que digamos sobre ella. Ahora bien, toda
realidad si es real, es (es algo que existe) y trasciende (actúa de acuerdo con
su ser) sobre otra realidad también de suyo: estas actuaciones, por cuanto son
la realidad verdadera, son actuaciones realmente verdaderas o verdades
reales. La realidad verdadea en el universo y ese es el bien real
y la belleza real que hacen presente de suyo.
La realidad actúa, sobre sí y sobre lo
demás, desde su belleza, bien y verdad reales
Cf. http://www.youtube.com/watch?v=5uBSQOn1Sx8&feature=related
Veamos una actuación natural-natural: el mar actúa constantemente sobre las
rocas, producto de lo cual estas adquieren distintas formas y color,
dependiendo de ambas interacciones. Hoy se estudia el efecto de las
eyecciones de masa coronal del sol sobre la tierra, como causantes de las
auroras boreales y cortes de energía. Un gato actúa sobre una gata en celo y
queda preñada, preservando la especie. El sol y el agua actúan sobre las
plantas, las cuales se desarrollan y dan fruto. En todos estos casos hay
una actuación natural conforme a la verdad real que se hace presente sin más:
¿Por qué llamamos bien y belleza a la actuación de las eyecciones
solares sobre la tierra, cuando nos causan problemas? Porque aquí no estamos
hablando de conveniencias sino de la realidad sin más: la realidad actúa de
acuerdo con lo que verdaderamente es y llamamos belleza a la presencia real,
a la realidad en cuanto presente y esa belleza es el resplandor del ser real
(la nada no es, no resplandece, no verdadea, no actúa): el mar se presencia
con toda su fuerza, el sol, el gato, el VIH… Tal vez nosotros somos
causantes de la existencia de este último (dicen que el VIH fue creado
artificialmente por el ser humano) pero la realidad VIH no tiene la
responsabilidad de ser como es; tampoco el mar, el sol… No podemos pedirle a la
pulga que sea bella como una golondrina; pues entonces no sería realidad-pulga.
La belleza de la pulga es su presencia y bien real es lo que potencia y
realiza la verdad real, lo que le permite su plenitud existencial, acorde
su verdad real. En este caso, las extremidades de la pulga le permiten
saltar cien veces el largo de su cuerpo, su hocico succionador le posibilita
extraer el alimento que le permite existir… ese es el bien real de la pulga; su
mal real sería que perdiera una de sus patas. En el caso de estas
realidades orgánicas: verdad, bien, belleza reales son de índole también
orgánico.
¿En el caso nuestro; cuál es la verdad, bien y belleza reales de suyo? La lluvia cae estimulando suelos, plantas, animales… el hombre interpone
entre él y la lluvia el paraguas. El mar nos distancia del otro continente,
el hombre crea el barco, para atravesarlo o, más rápido, va en avión y por
aire. Telescopios y microscopios permiten mirar más allá que cualquier ojo.
Todas las realidades naturales –esencialmente, orgánicas e inorgánicas- actúan
de acuerdo con su ser real. Entonces, ¿qué realidad es el hombre, que
actúa desde poderes que no están inscritos en su ser orgánico? ¿Por qué
teniendo orgánicamente las mismas destrezas del sistema nervioso periférico y
central, el mismo estado evolutivo, Neruda, Parra y Huidobro, crean
poemas de tan distinto estilo? ¿Por qué siendo gemelos, habiendo sido educados
del mismo modo, de acuerdo con las investigaciones realizadas, actúan en
forma tan distinta? ¿Por qué el hombre busca la comodidad, debilitando las potencialidades
orgánicas? Estufa, aire acondicionado, ropas térmicas, zapatos, cremas, sillas,
cubiertos, cristalería… dan prueba de ello. Por qué el ser humano toma
conciencia de su ser y del ser de lo y los demás y se dedica a estudiarlos…
Básica, Media, Técnicos, Ingenieros, licenciados, Magísteres, Doctorados, Post
Doctorados… Entre nosotros y actuación de la realidad ponemos
distancia: decidimos si aceptar o no sus estímulos, cómo aceptarlos o
rechazarlos y para qué. Tenemos hambre, allí está la comida; pero no…
después de terminar esta labor o… no prefiero dársela a tal persona que la
necesita más. Tenemos 15 años, aún no llega la edad de trabajar, pero nos
preguntamos cuál es nuestra vocación, de qué forma queremos servir a los demás
y hacemos un proyecto de vida a diez o quince años: Decimos no a muchos
estímulos del momento para poder decir sí a otros que tenemos la esperanza
algún día sean realidad. Creamos ritos, celebraciones, símbolos,
emblemas, obras de arte… Todo ello actúa expresando la realidad verdadera,
nuestra esencia actuante… Pero, podemos actuar en contra de ella y ser más
bestia que cualquier animal: No somos perros en celo, no somos manada pero la
noticia nos habla del grupo que violó a una niña de 12 años. Ningún
animal viola, asesina, se droga, destruye; pues todas esas acciones son
tales cuando requieren de premeditación, conciencia, voluntad,
estrategia. Toda actuación emana de… una pulga o un hombre y para
existir como pulga; es instintivo, está predeterminado en la
naturaleza real… ¿Y nosotros, seres humanos? Nosotros tenemos que dar cuenta de
una belleza de ser persona, de un bien moral… los que serán reflexión de la
UNIDAD II
Cf.
http://www.youtube.com/watch?v=rn_YESPDATE&feature=fvsr
Somos personas; creados con una esencia del mismo valer;
nos diferenciamos por la existencia que elegimos...