SIGNIFICADO DE EDUCACIÓN
Autora Lilian Arellano Rodríguez
Ver sitio educadesdelaciencia.blogspot.cl
CIUDADELA UNIVERSITARIA
Porque la Filosofía es una actitud de vida, una constante búsqueda y
compromiso con la verdad, el bien y la belleza… Porque la universidad es una
vocación de amor por el Universo... Porque a la universidad no se va sino se
hace… Porque el educador cultiva la filosofía, ciencias y artes para forjar la
nobleza del alma...
Les invito a hacer, de estas páginas, una ciudadela universitaria para el
encuentro de quienes se unen en la vocación de educar. Bienvenidos
Los atributos de la realidad: ser, actuar y valer, nos permitirán sentar
las bases del saber sobre la educación: Este saber lo podremos llamar,
entonces: Ontología de la Educación; pues responderá a las interrogantes ¿Es
real la educación, posee substantividad o es parte de una realidad; existe y de
qué forma, qué o quiénes son educables, cuál es su relación con la
verdad, bien y belleza; quiénes son sus actores y cuál es la forma de
relacionarse con ellos; por qué y para qué de su existencia…?
1º La educación es una nota real que pertenece a cada persona. Tú, yo…, somos cada uno una
realidad cuya esencia nos hace ser quien somos (tales) y nos da la
substantividad necesaria para existir como una realidad tal y no como parte de
otra realidad. La educación no nos hace personas, sino porque somos personas
somos educables (poseemos la potencialidad de educarnos) y actuamos
educativamente.
2º La educación es una acción real, derivada de la combinación funcional cuerpo –
espíritu. La actuación del espíritu sobre nuestro cuerpo o del cuerpo sobre el
espíritu, hace que surja en nosotros el deseo de perfeccionarse: educación
es el perfeccionamiento voluntario de nuestro ser personal.
3º El
perfeccionamiento educativo no es instantáneo, implica un proceso que se inicia
con la intención de educarse. La intención es una actuación de la
voluntad que debe mantenerse a pesar de los obstáculos que encontremos en el
camino
4º La intención de
ser mejores como personas implica decisiones educativas (y hay que saber
decidir en forma oportuna, constante y correcta) e innumerables, constantes y
esforzadas acciones educativas que pongan en acto aquellas decisiones. No
es suficiente la intención para ser mejores, hay que ser perseverante, hacer lo
que se debe hacer para ser quien se debe ser. A veces, la lucha no es con
los límites del organismo sino con la falta de perseverancia, la indisciplina o
desorden, la flojera, la comodidad, las conveniencias…
5º Nuestra
existencia es perfectiva hasta el último instante de vida: siempre podremos ser
mejores: más generosos, más justos, más misericordiosos, más prudentes: más
sabio-amantes. Sabio es quien saborea la verdad; no sólo descubre la
verdad real sino la ama, esto es, la asume como principio de vida que por
amor al Universo y a los mundos que en él conviven, se dedica a entender
y enseñar.
6º No sólo hay que descubrir la naturaleza, hay que amarla y cultivarla;
no sólo hay que descubrir al ser humano, hay que amarlo y cultivarlo; no sólo
tenemos que descubrirnos a nosotros mismos, tenemos que amarnos y cultivarnos.
La educación implica la realización del valor de nuestra realidad; no sólo su
descubrimiento. Podemos descubrir el bien real y no realizarlo;
descubrir la verdad real y no realizarla, descubrir la belleza real y no
realizarla… Ahora bien, quien descubre y realiza su ser real, es feliz y
descubre que es feliz quien hace feliz a los demás: Quiere saber más del cuerpo
humano, para sanar o disminuir el dolor de los enfermos; quiere saber qué es la
justicia para ser más justo y contribuir con leyes más justas y hacer juicios
justos, quiere entender la naturaleza para nutrir la tierra… Por
ello la educación tiene que ver con la felicidad; pues quien realiza su
verdadera realidad es feliz cooperando con la realización de los demás.
7º Por ello, no es
lo mismo persona instruida o erudita que persona educada o culta; no es lo
mismo instructor que educador. Llamamos instrucción a la adquisición y entrega
de conocimientos, estrategias, habilidades específicas. Así, hablamos de
instructor e instruidos. Una persona puede tener 18 años de instrucción y ser
muy instruido en justicia: saberse las leyes, dar conferencias sobre lo que es
la justicia y él, realmente, ser injusto, esto es, no educado. La
instrucción no nos dice quién realmente eres tú; la educación, sí. Por
ello, hablar de la calidad de la educación es hablar de la calidad de persona
que queremos ser: es una cuestión de moral, de formación de valores y no de
mera instrucción.
8º La educación es autoeducación pues sólo cada uno puede
educarse a sí mismo: nadie puede existir mi existencia, pensar mis
pensamientos, decidir mis decisiones: Cuando digo “decide tú” ya estoy decidiendo…
Por mucho que amemos una persona, no podemos doler su dolor: cada cual duele su
dolor de muela y se alegra con sus alegrías. Si tú estás triste, tal vez
también me ponga triste; entonces seremos dos personas tristes, cada uno
sintiendo su tristeza sólo que en compañía del otro. Por lo mismo,
sólo cada uno debe tomar la decisión de educarse, actuar educativamente,
perfeccionarse, ser mejor ¿Si la educación es autoeducación, por
qué hablamos, entonces, de grandes o malos educadores y de la profesión de
educar?
9º Debemos hacer una distinción entre causa e influencia: la causa es la
determinante de la existencia de algo; siempre es interna o íntima. La
causa de que un vidrio se quiebre cuando se le tira una piedra, es su
fragilidad; si no fuera frágil no se quebraría ni con un balazo; de hecho,
existen vidrios antibalas. En cambio, llamamos influencia para referirnos
a lo que ayuda o dificulta la acción de la causa: para que un vidrio frágil se
quiebre, es suficiente echarle agua caliente, tirarlo a suelo, pegarle un
cabezazo, un terremoto… etc. Aplicado al ser humano, podemos decir que si
la persona es débil de voluntad (causa) es fácil que cualquiera la convenza
(influencia).
Respecto a la educación, debemos decir que cada cual es causa de su educación –
es autoeducación- sólo yo soy educador de mí mismo. El profesor, nuestros
padres, los medios de comunicación pueden influir más o menos o nada – positiva
o negativamente- en mi educación. La influencia dependerá de nuestra madurez,
sabiduría, convicciones, fuerza de voluntad, raigambre moral. Por ello, la
famosa frase “La ocasión hace al ladrón es falsa; pues es el ladrón el que
busca la ocasión” Quien es honrado por convicción, aunque tenga todas las
posibilidades de robar, no robará: es educado en honradez; es honrado.
Llamaremos, entonces, educador a
quien influye positivamente en la autoeducación de los demás, creando
situaciones educativas que orienten, guíen al educando. El educador
enseña; pero es el educando quien siempre tendrá la última palabra: él decidirá
si aprovecha o no la oportunidad que se le ofrece. Inversamente, a pesar
de las malas influencias, de las presiones para actuar indebidamente, tomar
malas decisiones, no hacer lo que se debe hacer, el educando se educará,
superando las adversidades que provienen del exterior y sus propias
limitaciones. El gran pianista, es un gran pianista, gracias a su don y
voluntad de serlo: el gran maestro de piano sólo le cooperó e influyó
positivamente.
10º Debido a que
autoeducarse o educar es complejo, requiere de constantes decisiones, acciones,
colaboración de otras personas, materiales o medios diversos, organizamos las
acciones, hacemos proyectos, planificamos, esto es, creamos un sistema educativo.
Llamamos sistema educativo, a la forma como cada persona organiza sus diversas
acciones para educarse: lecturas, tiempos de reflexión, diálogos, indagación,
experimentación, trabajos, programaciones, estrategias de aprendizaje,
etc. Por extensión, se usa la palabra sistema educativo para referirse a
la organización de las acciones educativas a nivel formal mayor: sistema
educativo de una escuela, de una comunidad, de un país.
11º Por último,
digamos que llamamos educatividad a esta capacidad de facilitar (influir)
positivamente en la educación de los demás, poniendo al servicio de ello todas
nuestras potencialidades. El educador es un creador de situaciones que
instan al educando a educarse. Sócrates es un símbolo de los educadores,
pues dio su vida por enseñar la verdad; en homenaje a él y a todo educador el
nombre de “Aulas Socráticas” a pequeñas reflexiones temáticas. Precisamente, en
este punto, deben recurrir a lAula Socrática I: “El perfil del educador y
su amor por la verdad”, cuya entrada aparece en la columna derecha del blog creado por la profesora Lilian Arellano Rodríguez: educadesdelaciencia.blogspot.com
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