DIVERSAS CONCEPCIONES SOBRE LA REALIDAD HUMANA
Autora: Lilian Arellano Rodríguez.
Del sitio educadesdelaciencia.blogspot.com
¿Qué sentido tiene la educación
en la existencia del hombre? La respuesta es clara: su perfeccionamiento. Pero
¿a qué llamamos perfeccionamiento humano? Para contestar a ello, deberemos
antes aclarar cuál es nuestro concepto de realidad humana; pues lo que
entendamos por perfeccionamiento será diverso, según tengamos la idea de un ser
inmanente o un de un ser trascendente.
La pluralidad de
interpretaciones sobre lo que es la realidad humana, generalmente causa
confusión y pesimismo a quienes se inician en su estudio, cayendo en un
escepticismo – que afirma que la verdad es inaccesible- o relativismo – que
afirma que la verdad la decide cada cual. Conocida es la refutación de lo
primero: si la verdad es imposible que sea aprehendida por el hombre, ¿no es un
sinsentido pedir que se acepte como verdad absoluta que la verdad es
inaprensible? Con respecto a lo segundo, es clara también la confusión entre la
verdad que es real, por lo tanto independiente de nuestro pensar y el error o
ignorancia que dependen de la situación en que se encuentra el investigador.
Ahora bien, respecto lo que el hombre es, nos encontramos con una diversidad de
ideas que van desde afirmar que es la noventa y nueve especie de mono hasta
quienes aseguran que es un ángel. Algunas consideraciones son absolutamente
erróneas pues su error está en la definición de su misma esencia; otras, en
cambio, divergen en cuestiones dimensionales que, en una mirada jerárquica o en
profundidad, muy bien pueden complementarse.
Insisto, durante este curso no
podremos profundizar sobre ninguna de estas visiones, como tampoco podremos
tratar todas las visiones o corrientes antropológicas existentes a lo largo de
la historia; un curso de antropología filosófica requeriría mínimo de un
estudio anual. Lo importante es que cada uno desde sí y en sí estudie lo que es
ser y existir como persona humana; pues no hacemos sino descubrir la verdad
sobre la realidad más cercana a nosotros: nosotros mismos. Lo que sí podremos hacer
y entregar como guía para un diálogo con otros pensadores, es lo que
llamaremos:
2.2.1 El hombre, realidad trascendente: Gran parte del pensamiento
filosófico ha explicado la realidad humana refiriéndolo a una realidad que lo
trasciende y en la cual encuentra su origen y destino: un ser Creador
Omnipotente, Principio de toda realidad. Lo común a estas concepciones es
definir lo humano por su espiritualidad; dar a la vida un sentido que la
trasciende más allá del nacimiento y de la muerte, un sentido que trasciende lo
mundanal; el aquí y el ahora. La educación para estas concepciones se vincula a
esa trascendencia, por cuanto se evalúa lo inmanente por su sentido en lo
trascendente. Sin embargo, existen dos visiones filosóficas distintas sobre
cómo acceder a la comprensión de nuestro ser.
a) La realidad personal entendida “desde” lo trascendente: Según
esta interpretación, el hombre sólo puede ser comprendido desde lo superior,
esto es, desde Dios. Sin la revelación de su origen divino, de su caída y redención,
de la gracia y destino ultra terrenal, no sería posible la explicación de su
ser, ni su sentido ni el de la educación. No sería, por lo mismo, la razón el
punto de partida del saber sobre lo humano, sino la fe que da acceso a la
verdad revelada. Ya instalados en lo divino, en lo sobrenatural, en el Supremo
Ser, podríamos ir hacia el ser humano, creado a imagen y semejanza de su
Creador.
Representantes de esta visión
son los filósofos protestantes Brunner, Barth; el ortodoxo Berdaeff, los
católicos Haecker, Guardini, Pfeil, el católico, budista, zen Karlfried Graf
Dürckheim; otros. La antropología filosófica, por lo tanto, se sustenta en su
punto de partida necesario: la antropología teológica...
b) La realidad personal entendida “hacia” lo trascendente: Esta
concepción del ser humano, se diferencia de la anterior, no tanto por su
contenido sino por el método o camino recorrido para llegar a la comprensión de
lo humano. Instalados en la realidad misma del ser humano, nos encontramos con
la religación como constitutiva a su ser: el hombre existe pero no tiene en sí
el poder para crearse; ninguna criatura lo tiene. El hombre, eso sí, a
diferencia de las otras realidades vivientes es consciente de su realidad y la
cuestiona. Viviendo, no vivimos por vivir sino para algo; siempre espera algo
más y realiza actuaciones y obras que expresan su trascendencia. En búsqueda
constante de los misterios de la creación del universo y de sí mismo, se
pregunta por Dios, lo cuestiona, lo ama, lo rechaza… pero sabe que la ciencia y
la filosofía tiene límites que sólo la fe y la sobre- consciencia pueden
traspasar. En esta visión podemos nombrar a Pascal, Marcel, Zubiri.
2.2.2 El hombre como criatura absolutamente natural: Esta visión niega
abierta o subrepticiamente la trascendencia y la espiritualidad, lo divino, la
fe, la teología, la metafísica. Se trata de una visión materialista,
naturalista, inmanentista en la cual el conocimiento y la educación se ponen al
servicio de un ser que busca bienestar y/o poder.
Representante es Haeckel,
profesor de zoología quien entrega su visión sobre el hombre en su libro “Los
enigmas del universo”, escrito en 1899. Con ocasión de las geniales
investigaciones de Lamarck y Darwin, teoriza, rechazando toda idea religiosa;
sin embargo acepta como verdaderas toda fe en la no existencia de lo
espiritual. Para Haeckel, el hombre es el último producto de la evolución de la
materia que es extensión y movimiento. La diferencia entre la vida y no vida,
la planta y el animal y el hombre, no son esenciales sino meramente graduales,
esto es, de complejidad en la organización de la materia. En esta visión se
parte y queda en la materia, en sus procesos de generación y corrupción,
evolución y desarrollo. Watson, Skinner, Thorndike son algunos representantes
que han tenido influencias en ámbitos educacionales, con sus teorías del
aprendizaje humano, basado en la similitud del aprendizaje de las ratas u otros
animales. La inteligencia se comprueba por el rendimiento, la productividad. El
hombre es y tiene cuerpo. Otros materialistas son: Buchner, Vogt, Molschott,
Spengler, Lenin, Marx, Oparin, etc.
2.2.3 El hombre estudiado desde si mismo: Lo propio de las visiones
anteriores era estudiar al ser humano, en referencia con otra realidad: Desde
Dios, hacia Dios, desde el animal. Lo
que intentarán las visiones siguientes, es estudiarlo desde y en sí mismo, en
cuanto ser humano.
a) Concepción biologicista: Representada por Arnold Gehlen y su
obra "El hombre, su naturaleza y su puesto en el mundo" (1.950). El
estudio de este autor estriba en la comparación del hombre con el animal: pero
no para identificarlo con él; como un animal más sino, por el contrario, para
diferenciarlo e indagar por su peculiaridad específica. De esta forma, Gehlen a
diferencia de Haeckel, estudiando la conducta animal y la humana, concluye que
hacer un paralelo analítico entre partes de una y otra realidad, pierde de
vista la totalidad estructural. Si se desmenuza el todo, nos dirá, se volatizará
la unidad vital, quedando elementos inertes sin significado final. Así, Gehlen
rechaza la explicación del hombre desde el animal, concluyendo que el animal
tiene un medio reducido a su naturaleza orgánico sensorial y que el hombre,
debido a una indeterminación o inespecialización, tiene una ilimitada capacidad
de aprehensión que le amplía el ambiente, dando lugar a un mundo en el cual se
mueve por aprendizaje, entendido como "tanteo".
El animal posee un organismo
altamente especializado, por lo tanto, hace lo que por naturaleza está ordenado
a hacer. El hombre, en ese mismo sentido, es deficiente; sus respuestas son de
alcance limitado y al no estar predeterminadas por su naturaleza, tiene una
amplia gama de elección, con lo cual puede errar con facilidad. Por ello,
continúa Gehlen, el hombre es la creatura que permanece más tiempo dependiendo
de sus progenitores. Entonces, explica, para subsistir a pesar del riesgo de
errar, surgen "por naturaleza" medios como el lenguaje que le permite
ordenar, retener, traspasar las impresiones que, de otra forma, serían
caóticas. Así, crea instrumentos que le permiten aprender y enseñar, resolver
situaciones repetitivas y superar sus deficiencias. Es la idea del homo faber,
del homo técnico o instrumental.
b) Concepción racionalista: Es la idea de hombre que se identifica
con la capacidad de razonar: "caña pensante", "animal
racional"... En esta concepción, el cuerpo es una especie de apéndice
molesto, bestial; del cual se ocupan profesionales inferiores: así, el médico.
Representante es René Descartes
quien equipara lo psíquico con el pensamiento y éste con lo esencialmente
humano. Así, provoca una escisión entre cuerpo y razón, considerándolos mundos
irreconciliables. Famosa es su frase "Pienso, luego existo".
c) Concepción vitalista: Surge por oposición al racionalismo.
Shopenhauer afirmará e predominio de la voluntad metafísica; Nietzsche, el de
la voluntad vital. Klages, en su obra "El espíritu como adversario del
alma" de 1937, revela su pensamiento: la realidad originaria es suceso,
movimiento, fantasía. El espíritu racional, en cambio, diseca la realidad a
través del pensamiento conceptual que quita lo único, lo singular, la
movilidad, lo poético, dejando de esta forma lo esquelético de la realidad, lo
genérico y abstracto... El ideal de hombre es una comunión vital con el mundo;
indivisible de él, fusionado: el hombre no piensa el mundo sino lo vivencia.
Podríamos decir que la crítica
de Klages es válida en la medida que nos alerta sobre los límites de la razón
conceptualizadora sin más y que, obviamente, el espíritu no es sinónimo de
razón ni ésta es la que define al hombre. Lo negativo de su visión, es su
tendencia a reducir la libertad auténtica a mera espontaneidad y la
sensibilidad a sensiblería o emocionalismo.
2.2.4 El hombre en el mundo: Estas visiones se centran en la importancia
de la relación persona- mundo. De
acuerdo con la forma de entender esta relación, surge el individualismo, el
socialismo, y la visión trascendente o dialógica del ser humano y de la
pedagogía.
a) Individualismo. Representante entre otros es S. Kierkegaard para
quien el hombre es ante todo un individuo que existe, es decir, que va
haciéndose a sí mismo en el seno de la libre decisión; por supuesto que para él
-creyente en Dios- esta decisión es realizada en vistas de la trascendencia
hacia ese ser superior. El problema es que quienes plantean este individualismo
no otorgan la importancia que tiene el mundo, el "otro", la "sociedad".
Por lo demás, para quien no es creyente en Dios como ser bondadoso, justo, el
dio puede ser el poder inescrupuloso. De esta forma, el individualismo de
Kierkegaard deja al ser individual sumido en una angustiosa soledad de la que
no puede salir a menos que trascienda hacia Dios.
b) Socialismo. Por oposición, surgen los que niegan la persona como
ser único, considerándolo como una pieza de una máquina o sistema que es lo
único importante. Así, surge la frase: "el hombre es para la
sociedad". En esta visión, la persona como individuo desaparece al igual
que su libertad y responsabilidad; siendo lo determinante el ambiente. El
hombre es producto de la sociedad a la cual debe someter sus intereses.
Representantes son Sain Simon, Fourier, Owen, Marx, Habermas, entre otros. Esta
visión surge por oposición al individualismo y a la visión trascendente, por lo
cual se establece que el hombre es una animal social. La escuela tiene como
misión fundamental la socialización del hombre y la promoción de los intereses
sociales; pues con respecto a la sociedad, todo otro grupo debe ser considerado
un subsistema que sirve al gran sistema.
c) El hombre como ser trascendente o de diálogo. Distintas a ambas formas de entender la
relación hombre-mundo, es la idea de Heidegger, Buber o Zubiri, entre muchos
otros, para quienes el ser personal desde sí es abierto al mundo con el cual
forma ámbitos de encuentro, comunicación y co-creación. El ser humano es un ser único, íntimo pero
desde sí abierto a los demás. Es un ser
con capacidad de acogida y encuentro, un ser que se realiza amando, co-creando.
¿Qué es el hombre y cuál es el sentido
de la educación y nuestro sentido como profesionales vinculados a ella? La
respuesta debe tenerla cada cual pues no hablamos de realidades ajenas o
distantes; por lo mismo, cada cual es responsable de su pensar, decidir y
actuar frente así, al Universo y los mundos que hemos creado en él y, por sobre
todo, frente al educando que estamos formando.
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